Delicado y áspero a la vez, sentimiento de superación. Lo estoy haciendo, lo estoy consiguiendo. Temor, remordimiento; ¿Durará? ¿Lo mantendré como la guerrera que tantas veces me han dicho que soy? La claridad no está entre mis respuestas posibles.
Me comen los nervios por el conocer mi futuro, cómo saldré de esto, qué pasará. Quiero llorar, quiero bailar, quiero reír, quiero que me quieran, quiero que me necesiten, quiero estar sola, quiero que no me suelten.
Paro de escribir, hago una breve pausa, releo, sonrío, miro lo loca que estoy, la contrariedad de mis palabras, me conozco tan bien... Soy independiente, soy yo sola, soy Cristina, como siempre, pero necesito tener mi paracaídas para poder abrirlo justo antes de caer. Necesito saber que está ahí, incondicionalmente, que me lo merezco, que me quieren, porque yo amo, pero tantas veces lo recíproco me ha sido desconocido al paladar de mi alma, de mi sentir...
"No permitas que el dolor, la tristeza, la soledad, el odio, la inseguridad, el resentimiento, los celos, el rencor, y todo lo que pueda sacar el brillo de tus ojos, destruya la pureza dentro de tu alma."
sábado, 6 de diciembre de 2014
miércoles, 3 de diciembre de 2014
Nostalgia
Recuerdo como si fuera ayer, la madrugada de ese día en el que ni pude dormir. Salimos, en coche, a las cinco de la mañana. Recuerdo buscar con mucha desesperación esa casa, ese número, esa cara. Nos perdimos varias veces. Tenía el corazón en un puño. Ocho horas de camino inquietantes para ver esos ojitos que tanto había deseado mirar con atención y dulzura. Esa dulzura que transmite ella con solo su voz.
Bajé del coche, corrí, tanto que ni sentía las piernas, ni tenía aliento. Pero es que las ganas de abrazarla, superaban las de respirar.
Y la vi.
No me lo creía, ella y yo, contacto físico, ese en el que durante seis largos meses, estuvimos esperando.
Me sentía querida, me sentía eufórica, emocionada, sentía hasta que podía rozar el cielo. El mundo se paró, lo demás no importaba. Era ella. Era yo. Éramos las dos juntas. Éramos nosotras.
Nos fundimos en un abrazo, ese abrazo que nos dio fuerza suficiente como para poder mirarnos a los ojos y creernos lo que realmente estaba pasando. Chillábamos, como dos niñas cuando ven que debajo del árbol hay regalos. No hay suficientes comparaciones para definir qué sentimiento era ese.
Me emocioné tanto, que nos estábamos fumando un cigarro, y le acaricié el brazo, le miré a los ojos, y mi cara lo decía todo. No podía estar de pie. Eran demasiadas emociones. Y mientras el cigarro se consumía, nosotras nos consumíamos en un abrazo.
Nunca olvidaré esos abrazos, esos besos en el hombro que tanto me enamoraban, esos batidos de chocolate que al principio no quise probar y que ahora no puedo dejar de tomarlos, esas caricias, esas risas, ese parque, esas preocupaciones, esas lágrimas y... esa despedida.
Tengo el enorme placer de decir que una chica me ha cambiado la vida. Que esa chica vale más que todo el oro del mundo, que simplemente no tiene precio. Envidio a la gente que la puede ver cada día. No sabéis el grado de admiración que le tengo. Es mi ángel. Es mi vida.
martes, 25 de noviembre de 2014
Manchada.
Es incierto el camino que tomaré, pero no el que he de tomar. Es incierto porque en cierto modo no depende de mí. No controlo ya mi pesar, el gran demonio de mi ser, se agarró a mí con tanta fuerza que somos uno solo. Lo que amo de mí es que sólo me daño a mí misma, no me permito arrebatar un pedazo de vida a las almas que conviven a mi lado. Llego poco a poco al final de la cascada, y mi caída no es profunda, no es dura, no es vertiginosa comparada con lo vivido. ¿Un consuelo? Tal vez.
Mi carencia de mí, es total, no me tengo, no me poseo, me lloro, me siento, me mantengo y dedico cada día a cuidar tan delicadas ruinas, que tan bruta y devastadoramente fueron derribadas, destruidas ante mí, ante mi inocencia manchada, mi ignorancia marchita. Qué triste es no acordarse de cómo empezó todo, del origen, por la cruda razón de los años años pasados, de la corta edad, de la antigüedad de los recuerdos que aún conservo como el diente debajo de la almohada que jamás puse.
Mi carencia de mí, es total, no me tengo, no me poseo, me lloro, me siento, me mantengo y dedico cada día a cuidar tan delicadas ruinas, que tan bruta y devastadoramente fueron derribadas, destruidas ante mí, ante mi inocencia manchada, mi ignorancia marchita. Qué triste es no acordarse de cómo empezó todo, del origen, por la cruda razón de los años años pasados, de la corta edad, de la antigüedad de los recuerdos que aún conservo como el diente debajo de la almohada que jamás puse.
sábado, 15 de noviembre de 2014
Inofensivo.
Las garras de esta horrible enfermedad, últimamente me han llevado más hondo, y estoy peor de lo que me gustaría escribiros aquí. Mi peso disminuye, y noto que vuelve a florecer en mí ese miedo a comer, lo mental, lo letal, los huesos vuelven a sentirse.
Mi tentación hacia la desconocida muerte ha sido mayor, pero sinceramente estos días estoy más estable. Este mundo es un gran interrogante, y yo no sé si para mí habrá una buena respuesta a toda mi lucha. Anteriormente me consolaba pensando que eran meses, pero a mis ojos se están convirtiendo en años, años eternos, y sigo adelante, sigo adelante cada día, pese a cada caía, cada rasguño en mi cuerpo, cada lágrima suplicando un final para este sufrir, un dolor indomable que ni yo controlo ni pretendo hacerlo. Cada intento de terminar conmigo ha sido un nuevo motivo de arrepentimiento al día siguiente cuando abriendo los ojos, me he visto despierta. Pero también orgullosa de mí, por vencer a aquello que tengo dentro, porque os cuento, os desvelo que en ocasiones me miro al espejo, a los ojos, y no reconozco mi mirada, y me doy miedo.
No me veo como algo inofensivo para mí.
Mi tentación hacia la desconocida muerte ha sido mayor, pero sinceramente estos días estoy más estable. Este mundo es un gran interrogante, y yo no sé si para mí habrá una buena respuesta a toda mi lucha. Anteriormente me consolaba pensando que eran meses, pero a mis ojos se están convirtiendo en años, años eternos, y sigo adelante, sigo adelante cada día, pese a cada caía, cada rasguño en mi cuerpo, cada lágrima suplicando un final para este sufrir, un dolor indomable que ni yo controlo ni pretendo hacerlo. Cada intento de terminar conmigo ha sido un nuevo motivo de arrepentimiento al día siguiente cuando abriendo los ojos, me he visto despierta. Pero también orgullosa de mí, por vencer a aquello que tengo dentro, porque os cuento, os desvelo que en ocasiones me miro al espejo, a los ojos, y no reconozco mi mirada, y me doy miedo.
No me veo como algo inofensivo para mí.
jueves, 30 de octubre de 2014
Aina.
No entenderé nunca el porqué, los quince años han sido siempre mi debilidad más deseada. Quería darme oportunidades, sólo para mí, y ahora las veo marchitas a lo lejos, pues el tiempo pasa muy rápido aunque no seamos conscientes de ello, me encantaría compartir esto contigo.
Me apena y me produce alegría, porque te haces mayor, y estoy orgullosa de lo que eres, y de lo que serás. Cada mañana, cuando te vas a clase, o cada noche a dormir, se apodera de mí la nostalgia, te echo de menos, siempre consigues escaparte de mis manos, y eres tan valiosa e importante, que siento que te pierdo para siempre, y es para mí un gran alivio tus buenos días como respuesta a los míos.
Aunque lo horrible desaparece también, cuando me dejas ver y compartir tu sonrisa, cuando tengo el privilegio de sentir que tu alma de verdad está bien, que tus ojos están alejados de todo dolor. Muchas veces tenemos miedo, porque morimos poco a poco, el tiempo pasa, y nos sentimos perdidos, pero también crecemos, y ganamos valores, coraje, vivencias y fuerza, mi amor. Toda diferencia a los demás que hay dentro de ti te hace ser increíble, y eso hace que cada mañana, al despertar, no me olvide de tanta evolución, y de todo lo que tienes que enseñar.
No quiero que te agotes jamás, que nada te dañe, ni te paralice, que todo en ti se repare, como debe ser. Ojalá pudiera meterme en lo más profundo de tu mundo, y cumplir cada una de tus ilusiones, devolver a tus manos cada pérdida, sacar de ti cada palabra callada, y hacerte saber cada día lo merecedora que eres de todo lo que produzca en ti una sola muestra de bienestar y felicidad. Capaz de todo, me has enseñado a querer de esta forma, y mis manos, han estado vacías hasta que te conocieron, gracias por ser la mejor persona del planeta, y feliz aniversario, mi niña.
Me apena y me produce alegría, porque te haces mayor, y estoy orgullosa de lo que eres, y de lo que serás. Cada mañana, cuando te vas a clase, o cada noche a dormir, se apodera de mí la nostalgia, te echo de menos, siempre consigues escaparte de mis manos, y eres tan valiosa e importante, que siento que te pierdo para siempre, y es para mí un gran alivio tus buenos días como respuesta a los míos.
Aunque lo horrible desaparece también, cuando me dejas ver y compartir tu sonrisa, cuando tengo el privilegio de sentir que tu alma de verdad está bien, que tus ojos están alejados de todo dolor. Muchas veces tenemos miedo, porque morimos poco a poco, el tiempo pasa, y nos sentimos perdidos, pero también crecemos, y ganamos valores, coraje, vivencias y fuerza, mi amor. Toda diferencia a los demás que hay dentro de ti te hace ser increíble, y eso hace que cada mañana, al despertar, no me olvide de tanta evolución, y de todo lo que tienes que enseñar.
No quiero que te agotes jamás, que nada te dañe, ni te paralice, que todo en ti se repare, como debe ser. Ojalá pudiera meterme en lo más profundo de tu mundo, y cumplir cada una de tus ilusiones, devolver a tus manos cada pérdida, sacar de ti cada palabra callada, y hacerte saber cada día lo merecedora que eres de todo lo que produzca en ti una sola muestra de bienestar y felicidad. Capaz de todo, me has enseñado a querer de esta forma, y mis manos, han estado vacías hasta que te conocieron, gracias por ser la mejor persona del planeta, y feliz aniversario, mi niña.
martes, 7 de octubre de 2014
Vértigo.
Exprimo cada gota de mi sufrir para no dejar rastro de pesar en mis pupilas, para que no quepa la sospecha de un mínimo de tristeza en mí, por las personas que me viven cada día. Es duro saberme de este modo, notar el vértigo que sienten cada uno de mis pensamientos, cada miedo, al entrar en mí, al caer en un vacío tan extremo que intocable, impalpable a mis dedos parece su fondo.
Una exquisitez incurable es el saber escribir de lo sucedido, de lo que nos ha hecho fuertes sin perder nuestra ternura, sin perder la humanidad que es la que nos mantiene con vida.
La calidad de vida es la calidad de la persona. Lo que cuida, lo que ama, lo que mima, lo que da sin ansia del veneno de recibir. La gratitud está en el bienestar de lo ajeno, pobres los que no entendáis. Aunque no quiero decir con esto que seáis pobres de mente, puede que no entendáis muchos conceptos al primer vuelo, pero... paraos, leed otra vez, y pensad. Podéis modelar, nadie aquí os impone significados ni opiniones, aquí reina la interpretación.
Una exquisitez incurable es el saber escribir de lo sucedido, de lo que nos ha hecho fuertes sin perder nuestra ternura, sin perder la humanidad que es la que nos mantiene con vida.
La calidad de vida es la calidad de la persona. Lo que cuida, lo que ama, lo que mima, lo que da sin ansia del veneno de recibir. La gratitud está en el bienestar de lo ajeno, pobres los que no entendáis. Aunque no quiero decir con esto que seáis pobres de mente, puede que no entendáis muchos conceptos al primer vuelo, pero... paraos, leed otra vez, y pensad. Podéis modelar, nadie aquí os impone significados ni opiniones, aquí reina la interpretación.
jueves, 18 de septiembre de 2014
A flote.
La fortaleza, es algo posiblemente buscado, un intento de ser retenido en cuerpo y alma para propia supervivencia en todos los ámbitos imaginables. Sus alas son tan amplias que alcanzan las más impensables acciones y sensaciones colaterales.
El compartir el dolor, el llorar, el sentir, el vivir, el creer, el desacuerdo, es un privilegio del que muchos se privan sin poseer el suficiente lujo como para hacerlo. Me siento abrumada por tanta valía a mi lado, porque siento que no la merezco, que es algo que ha tardado tanto en aparecer... el pasado me hizo pensar que no era para mí el sentirme deseada o querida.
Tengo muchas ideas en la cabeza, y creo que el ochenta por ciento me asustan porque son un tanto impropias para mi edad, o simplemente un tanto inadecuadas para una persona que debería estar consumida por las enseñanzas de la sociedad, por los patrones marcados.
Quiero agradecer, por todo lo vivido, quiero agradecer por mostrarme lo que realmente es amar, quiero agradecer por enseñarme a odiar el hecho de ser incapaz de olvidar algo que estuvo en mis entrañas y sentido como algo superior a todo lo demás. Agradezco que me hagas suplicarte el no quererte, el no hacerme una ignorante del verbo "enamorar". Pero admito que como un ancla esto hunde y como un faro tengo mi luz que me saca a flote.
El compartir el dolor, el llorar, el sentir, el vivir, el creer, el desacuerdo, es un privilegio del que muchos se privan sin poseer el suficiente lujo como para hacerlo. Me siento abrumada por tanta valía a mi lado, porque siento que no la merezco, que es algo que ha tardado tanto en aparecer... el pasado me hizo pensar que no era para mí el sentirme deseada o querida.
Tengo muchas ideas en la cabeza, y creo que el ochenta por ciento me asustan porque son un tanto impropias para mi edad, o simplemente un tanto inadecuadas para una persona que debería estar consumida por las enseñanzas de la sociedad, por los patrones marcados.
Quiero agradecer, por todo lo vivido, quiero agradecer por mostrarme lo que realmente es amar, quiero agradecer por enseñarme a odiar el hecho de ser incapaz de olvidar algo que estuvo en mis entrañas y sentido como algo superior a todo lo demás. Agradezco que me hagas suplicarte el no quererte, el no hacerme una ignorante del verbo "enamorar". Pero admito que como un ancla esto hunde y como un faro tengo mi luz que me saca a flote.
domingo, 14 de septiembre de 2014
Expuesta.
Me abruma la simple idea de pensar que no hallo la forma de predecir cuándo la presión en mi pecho aparecerá, y con ello evitarla. No encuentro fuerza para combatir tal debilidad, que me hace sentir vacía, frágil, expuesta a la inmundicia, a este mundo lleno de amenazas disfrazadas que nos engañan cada día. Me siento, expuesta a algo que no sé de lo que va, algo ajeno a mi ser.
Confío en que en el plazo de dos horas esta sensación se suavice y se pase en mí, como tantas veces, lo llamaré haberlo superado.
Me complace decir que a partir de ahora no estaré sola aquí, alguien más sacará a la luz todo lo que tiene que enseñar o simplemente todo lo que quiere expresar.
Confío en que en el plazo de dos horas esta sensación se suavice y se pase en mí, como tantas veces, lo llamaré haberlo superado.
Me complace decir que a partir de ahora no estaré sola aquí, alguien más sacará a la luz todo lo que tiene que enseñar o simplemente todo lo que quiere expresar.
REFLEXIONES
Creía que la mayoría de las personas se hacían una pregunta que yo me he hecho muchas veces. Se ve que no. Sé sincero, ¿alguna vez has pensado... "quién eres" y "qué haces aquí"? Únicamente las almas más profundas son las capaces de formularse estas preguntas.
Al fin y al cabo todos somos almas en busca de experimentar sentimientos y emociones. Ahora piensa detenidamente en el por qué estás con una persona. Tus respuestas, como las de la mayoría de gente van a ser "porque la quiero" "porque me siento a gusto con ella" o similares. Pues no. Estás con una persona porque QUIERES estar con ella. Puedes querer a alguien y no estar con ella. Por diversos motivos. Si estás con alguien es porque quieres. Lo demás es secundario.
Elige a tus amigos, que no te elijan a ti. Elige con quién quieres compartir todas y cada una de tus emociones. Por más que quieras, nunca vas a estar solo.
Me siento libre. Tengo la increíble libertad de poder escribir lo que quiera y eso es indescriptible.
Doy las gracias al ángel que ha alumbrado mi vida por dejarme escribir en su fantástico blog. Emocionante.
Al fin y al cabo todos somos almas en busca de experimentar sentimientos y emociones. Ahora piensa detenidamente en el por qué estás con una persona. Tus respuestas, como las de la mayoría de gente van a ser "porque la quiero" "porque me siento a gusto con ella" o similares. Pues no. Estás con una persona porque QUIERES estar con ella. Puedes querer a alguien y no estar con ella. Por diversos motivos. Si estás con alguien es porque quieres. Lo demás es secundario.
Elige a tus amigos, que no te elijan a ti. Elige con quién quieres compartir todas y cada una de tus emociones. Por más que quieras, nunca vas a estar solo.
Me siento libre. Tengo la increíble libertad de poder escribir lo que quiera y eso es indescriptible.
Doy las gracias al ángel que ha alumbrado mi vida por dejarme escribir en su fantástico blog. Emocionante.
sábado, 13 de septiembre de 2014
Insuperable.
Retomo esto por imposibilidad de evitarlo, es similar a un gran veneno para mí, (no me gusta atribuirle el nombre de "vicio", me parece demasiado típico y no está a la altura para lo que me hace sentir). El psicólogo me recomendó dejar este espacio, pero es como algo malo a lo que estás enganchado, lo he intentado pero ahora mismo estoy llorando de placer porque me siento en casa, y en confianza, me siento otra vez en este sitio al que me he volcado durante dos años, y me niego a dejarlo, al igual que negaré siempre rotundamente que el hecho de escribir sea malo. Esto es un bálsamo para mis heridas más profundas, y lo siento como lo que es, algo mío, de propio mérito.
Los duros golpes que dejaron atrás mi memoria y mi cuerpo, y las sensaciones salvajes de supervivencia a una edad muy temprana e inadecuada, son signo ahora de la fuerza que algún día podré llegar a tener, y según mi filosofía de vida, signo de la fuerza que podré compartir.
No me queda más remedio, y el destino me ha obligado a escribir sobre mi salvación cuando lo creía todo perdido. Suplico al mundo que algún día pueda hacerle saber y darle todo lo merecido a la maravillosa hada que con sus alas y sus inexplicables hechizos me da momentos insuperables.
Los duros golpes que dejaron atrás mi memoria y mi cuerpo, y las sensaciones salvajes de supervivencia a una edad muy temprana e inadecuada, son signo ahora de la fuerza que algún día podré llegar a tener, y según mi filosofía de vida, signo de la fuerza que podré compartir.
No me queda más remedio, y el destino me ha obligado a escribir sobre mi salvación cuando lo creía todo perdido. Suplico al mundo que algún día pueda hacerle saber y darle todo lo merecido a la maravillosa hada que con sus alas y sus inexplicables hechizos me da momentos insuperables.
domingo, 8 de junio de 2014
Espero esteis bien.
No tengo apenas tiempo para mí, para escribir, los exámenes me consumen, y aún me puede más la idea de saber que todo mi esfuerzo puede ser en vano.
martes, 27 de mayo de 2014
Mordeduras.
Todo decae y se acumula en mis ojos cada noche. Esto hace que al final del día, el reflejo de ese espejo me de miedo, quiera matarme, eso hace que dude sobre mi identidad, no sé si soy verdaderamente yo cuando me miro al espejo, temo que todo salga al exterior para nunca más poder regresar dentro de mí. Puede que no entendáis mis letras, afortunados vosotros. Aunque a veces ni yo entiendo tanto dolor, en ocasiones no sé bien qué palabras utilizar para describir mis experiencias y sensaciones. He pasado un tiempo sin escribir. Porque últimamente he estado peor, y ha sido mi cumpleaños; concretamente, hace tres días.
El día fue demasiado normal. la noche anterior lloré, porque me negaba a cumplir otro año más, o tal vez simplemente no entraba en mis planes. A lo largo del día hice todo lo posible por estar bien conmigo misma y con mis seres queridos. Pero, llegó el momento de soplar las velas. Recuerdo que en cada año, algo importante para mí fallaba en ese momento, y lo convertían en un amargo recuerdo. Había años en los que personas principales en mi familia se iban justamente antes de que yo soplara las velas, recuerdo aquel sentimiento de tristeza que se apoderaba de mí, que me quitaba las ganas de absolutamente todo. Me limitaba a soplar, e ir a mi cuarto a llorar, no me sentía importante, ni especial, pero sobretodo no me sentía querida, porque nadie nunca estuvo pendiente de ese momento que para mí es primordial. Este año he deseado morir, y las personas me hicieron una foto con la tarta, sin aplaudir, ni cantar, pero me hicieron una foto como tontos, sin saber lo que quería.
Mis ganas de morir me muerden con fuerza.
El día fue demasiado normal. la noche anterior lloré, porque me negaba a cumplir otro año más, o tal vez simplemente no entraba en mis planes. A lo largo del día hice todo lo posible por estar bien conmigo misma y con mis seres queridos. Pero, llegó el momento de soplar las velas. Recuerdo que en cada año, algo importante para mí fallaba en ese momento, y lo convertían en un amargo recuerdo. Había años en los que personas principales en mi familia se iban justamente antes de que yo soplara las velas, recuerdo aquel sentimiento de tristeza que se apoderaba de mí, que me quitaba las ganas de absolutamente todo. Me limitaba a soplar, e ir a mi cuarto a llorar, no me sentía importante, ni especial, pero sobretodo no me sentía querida, porque nadie nunca estuvo pendiente de ese momento que para mí es primordial. Este año he deseado morir, y las personas me hicieron una foto con la tarta, sin aplaudir, ni cantar, pero me hicieron una foto como tontos, sin saber lo que quería.
Mis ganas de morir me muerden con fuerza.
miércoles, 7 de mayo de 2014
Me encuentro en un constante sin vivir, el frío no abandona mi cuerpo, la penetra a través de cada poro, se ha alojado por completo en mi piel, y eriza mi bello numerosas veces al día. Creo que es por el ánimo, o la comida, o el cúmulo del todo. Escribo esto en clase, porque me niego a romper a llorar en cualquier momento, cuando haga el siguiente movimiento, mejor lo escribo, y lloro aquí, sobre seco, sobre algo que todo lo comprende y que todo se lo guarda, que nada reprocha. Seguramente, haré algunos cambio cuando esté pasando esto del papel a la pantalla, eso es seguro porque siempre lo hago. Me atrevo a pensar que esta tarde estaré en un grado aún más alto de inestabilidad emocional, para mi alma, un alma fantasmal que ya no siente. Siento dolor, locura, tristeza cuando no me siento sana mentalmente, al notar tanto mal, que mi concepto del bien es el fin. Placentero aparentemente, esto es lo que me asusta.
jueves, 17 de abril de 2014
Timón.
Hoy ando sin rumbo, desorientada, desconcertada, asustada, de todo, de mi porvenir, de mi pasado irreparable, de mi futuro indeseable. Y este es justamente el problema. Quiero ser feliz, quiero amarme, quiero gustarme, quiero notar mis huesos, quiero ser tan delgada que tenga miedo a romperme, quiero pesar menos de cuarenta y ocho kilos. No quiero tener depresión, ni impulsos nerviosos, ni ser obsesiva compulsiva, ni estar al borde de un trastorno de la personalidad. Ni quiero vomitar varias veces al día por necesidad y no por capricho. Quiero dejar de tomar pastillas para sentirme más calmada y estabilizar mi ánimo.Quiero abandonar la devastadora sensación de placer al sentir hambre, al sentir que mi estómago ruge, y grita por algo con lo que saciarse. Es interminable, siento que ya no se puede curar algo tan profundo como esta enfermedad tan compleja con tantas ramas que cortar.
lunes, 14 de abril de 2014
Apuro.
Quiero avanzar dentro de mí, sentir que voy hacia delante, sentir que salgo por mi ombligo por mi obvia negación a resignarme a los límites físicos de mi ser. En estos momentos me siento ambiciosa, y al mismo tiempo siento el mismo mar dentro de mí, el oleaje, las olas chocan, se estrellan contra mis pupilas, mis párpados pesan y sienten picor por tal cantidad de sal y dolor albergado. Creo que en cualquier pestañeo comenzaré a llorar, por eso con extrema prisa y gran coraje, me apuro a escribir estas líneas, antes de que el nudo de mi garganta se apodere de mí y haga que desconecte total y literalmente de este mundo.
sábado, 12 de abril de 2014
Padecer.
¿Acaso soy veneno para las almas sanas? Ya ni siquiera tengo un concepto definido de lo que es sano o no. Cada día confirmo más rápidamente mi pensamiento de que lo único por lo que estamos aquí es por el amor hacia las personas, por querer, que nos mantienen. ¿Deprimente verdad? Porque a veces pienso que tendríamos que estar aquí por nosotros mismos. Esta última afirmación puede ser un tanto egoísta, pero si nos odiamos y queremos desaparecer por tanto dolor que padecemos, me parece un razonamiento humilde.
jueves, 10 de abril de 2014
Alentar.
Está siendo una semana tranquila, aunque cuando hago este comentario, es porque en el transcurso de estos días simplemente he deseado morir, pero no he efectuado nada físico contra mí, ni he intentado acabar conmigo. Especialmente quiero alentar, animar, y haceros cómplices de este intento de alargar la calma, de evitar el ir a más. Lloro porque echo de menos a las personas que se fueron de mi vida y que formaban parte de ella cada día. Es normal llorar por esto, pero es injusto.
domingo, 6 de abril de 2014
Contradicción.
No es que tenga este espacio a un lado, apartado, sino que a mí misma me tengo apartada, y al mismo tiempo tan fusionada que lucho contra mi propia yo, que no sabe a qué parte de mí hacerle caso, si a la que quiere mantenerse por los demás, o a la que desea con su último suspiro el marchas de este horripilante infierno que tiene en su alma, y que le duele tanto tanto, que acabaría con ella con extrema urgencia. Soy tan reflexiva que me contradigo a mí misma cientos de veces, y eso me molesta, me frustra, porque cuando creo que algo es correcto a los pocos segundos me pongo en contra de mi propio pensamiento, demostrándome que sé perfectamente lo incorrecto que es.
Numerosas veces me he sentido dependiente, me he sentido extraña, y he sentido pánico al sorprenderme pensando en morir para obtener a cambio la certeza eterna de que me quieren.
El pelo se me vuelve a caer, la caída vuelve a verse en mí, y en mi opinión claramente personal, no es de estrés, porque tengo que admitir que estoy más relajada últimamente con los antidepresivos, así que creo que es de tristeza, o de reprimir tanto, o de conservar en mi interior tan mínimas esperanzas de salir adelante.
Numerosas veces me he sentido dependiente, me he sentido extraña, y he sentido pánico al sorprenderme pensando en morir para obtener a cambio la certeza eterna de que me quieren.
El pelo se me vuelve a caer, la caída vuelve a verse en mí, y en mi opinión claramente personal, no es de estrés, porque tengo que admitir que estoy más relajada últimamente con los antidepresivos, así que creo que es de tristeza, o de reprimir tanto, o de conservar en mi interior tan mínimas esperanzas de salir adelante.
martes, 1 de abril de 2014
Tropelía.
Hoy mi ser me arrastra al infierno, al abismo que tanto me acecha, que tanto me espera y me acaricia con maligna ternura. Ayer cometí una tropelía, quería morir, definitivamente, y lloré, lloré y tragué como una bestia todas las pastillas que vi a mi alcance, hice mi propia y particular mezcla, poderosa y grande, me tomé las cien pastillas, una por una, lentamente. Luego escribí a mis padres que les quería mucho, pero antes de intentar secar mis lágrimas y rendirme ante el mundo y dormir, visualicé como tantas otras veces a las personas a las que amo, sufriendo. Me levanté de la cama temblando y lo vomité absolutamente todo. Como si nada hubiera pasado. Prefiero sufrir yo a que alguna otra persona sienta un dolor semejante al mío.
sábado, 29 de marzo de 2014
Me mata.
Me mata ser testigo de mi dolor, de mis gritos y suspiros mudos, que encuentran salida de una forma demoníaca. Me doy miedo, por lo que pienso, por lo que soy, por mis intenciones para conmigo, por mis planes de futuro para acabar con el mismo futuro. Irónico, yo soy de ironías en estos quince años que llevo respirando. No me veo capaz de seguir, estoy más destrozada que nunca, aislada, yo lo causo, y me asusto, y me maldigo, quiero dejar de comer, y quiero matarme. Y tal vez quiera dejar de comer para ser cada día más invisible, y más débil de lo que ya soy. Escribo esto con mucha fuerza en los dedos, y con una mirada intensa que traspasa la pantalla, con mi carácter habitual. Necesitaba hacer algo bueno y desahogarme así, porque de lo contrario puedo jurar que se me habría escapado de las manos, la situación podría haber provocado que mi supuesto control sobre las cosas se esfumara. Tengo todo tipo de vicios en mi vida, y todos o casi todos ellos desembocan en el deseo de morir más rápida y súbitamente.
viernes, 28 de marzo de 2014
Dilatadas.
Hay días en los que despertamos para desear y anhelar el momento en el que nuestro interior deje de funcionar, en el que todo lo vital se detenga, y el alma sea expulsada junto con dolor y errores, decepciones y fracasos, decisiones y problemas mentales que son creados por estereotipos. Jugamos y creemos que adquirimos cosas valiosas, creemos que sabemos ganar y perder, pero eso no tiene importancia, porque acabaremos todos igual. Aunque no tengo razón al escribir lo anterior. No acabaremos igual, porque nuestro recuerdo, las palabras que utilicen para hablar de nosotros en un futuro, las crearemos nosotros mismos, no al ganar, no al perder, sino al aprender de cada hecho que se presente ante nuestras pupilas, que a veces están demasiado dilatadas. ¿Debemos tener miedo a la oscuridad? Siempre pensaré que hay algo detrás de mí que quiere dañarme, siempre correré hasta mi cuarto por miedo a mí misma, a mis pensamientos. Siempre cerraré los ojos en la cama e intentaré auto calmarme. Siempre cierro los ojos, pego mis párpados y mis pestañas delicada y silenciosamente, y me repito a mí misma a modo de consuelo: "Si no lo ves, si no lo miras, si cierras los ojos, no te harán nada, no les darás ese gusto de verte aterrorizada."
lunes, 24 de marzo de 2014
Proporcional.
Me entristece saber que mi único interés en la vida es que pasen rápido los días. Que se resbalen los segundos, que se marchen las oportunidades, que inconsciente o conscientemente nos dejemos a nosotros mismos en la estacada. Todos tenemos algo por lo que quejarnos, pero pocos saben callarse al darse cuenta de la importancia de su queja, de su reproche al mundo o a sí mismo, que verdaderamente no existe. Claro que... si nuestra vida es aparentemente simple no tenemos porqué tener problemas simples, eso no es proporcional.
Cuando algo me ilusiona, sufro de una sensación vertiginosa en el cerebro, de temblores en el cuerpo, de palpitaciones irregulares, y de pestañeo sigiloso y delicado. Esto es lo que siento cuando algo me ilusiona, porque me da vértigo saber que si caigo, lo haré desde una altura razonable. En mi opinión, esto sí que es proporcional.
domingo, 23 de marzo de 2014
Conocerse.
Siento que me mantengo en un dolor, en una presión, y en un sin vivir terribles e insoportables para el alma. Estoy llena, pero mis manos tiemblan si escribo lo que me llena, si escribo lo que me calma. Hacerme daño, buscar la perfección que no existe. La depresión se apodera de cada uno de mis sentidos a medida que pasan los días. Lo siento, siento ser así.
A veces creemos que nadie nos va a querer como realmente somos, con nuestras opiniones o formas de vivir. Tenemos miedo a ser rechazados y a quedarnos solos. Pero bajo mi punto de vista, a la hora de la verdad, todos estamos solos, me refiero a que todos tenemos momentos íntimos en los que perfectamente podemos acabar con todo. Los impulsos o recaídas que dejan tanto en el aire.
Todos conocemos la vida, y todos conoceremos la muerte, y eso es algo inevitable, simplemente podemos atrevernos a jugar con el tiempo. Ayer me sorprendí a mí misma pensando algo... que creo que es positivo o demasiado normal para mí. Si sabemos que vamos a morir, y no le tenemos miedo a eso, si lo deseamos, si deseamos conocer la muerte o saber qué hay, sentir que el sufrir se desvanece, ¿Porqué no conocemos la vida a fondo antes del final? ¿Porqué no dejamos que la vida nos conozca a nosotros? Digo que este pensamiento me sorprende porque simplemente rozo, toco, acaricio, y pienso en acabar conmigo cada día.
A veces creemos que nadie nos va a querer como realmente somos, con nuestras opiniones o formas de vivir. Tenemos miedo a ser rechazados y a quedarnos solos. Pero bajo mi punto de vista, a la hora de la verdad, todos estamos solos, me refiero a que todos tenemos momentos íntimos en los que perfectamente podemos acabar con todo. Los impulsos o recaídas que dejan tanto en el aire.
Todos conocemos la vida, y todos conoceremos la muerte, y eso es algo inevitable, simplemente podemos atrevernos a jugar con el tiempo. Ayer me sorprendí a mí misma pensando algo... que creo que es positivo o demasiado normal para mí. Si sabemos que vamos a morir, y no le tenemos miedo a eso, si lo deseamos, si deseamos conocer la muerte o saber qué hay, sentir que el sufrir se desvanece, ¿Porqué no conocemos la vida a fondo antes del final? ¿Porqué no dejamos que la vida nos conozca a nosotros? Digo que este pensamiento me sorprende porque simplemente rozo, toco, acaricio, y pienso en acabar conmigo cada día.
martes, 18 de marzo de 2014
Shock.
Una de las cosas que menos me gusta de mi forma de ser, es que cuando algo malo pasa, y una terrible sensación se apodera de mí, me cierro, y no puedo escribirlo, porque escribirlo es aceptar la realidad, y hacer eso me cuesta mucho, porque me cierro a más dolor, cuando predispongo que algo me hará daño no me arriesgo, no me acerco, lo aparto. Haciendo una excepción con las personas, con las personas siempre he pensado que lo que debemos hacer es arriesgar.
Todo acabará, y cada uno finalizaremos nuestras vidas de una manera u otra, unos moriremos antes de tiempo, otros alcanzaremos altas edades, por desgracia o por suerte, eso depende de cada uno. Pero de lo que estoy segura, y de lo que ya me he cerciorado varias veces, es de que lo último que pasa por nuestra mente antes de morir, el último pensamiento procesado por nuestro cerebro, va dedicado, y se basa en las personas, en lo que nos han hecho vivir, en los que nos han odiado y nos han amado, y viceversa. Lo principal para superar un golpe, es aceptarlo, salir de ese estado de shock en el que tantas veces nos quedamos estancados.
Todo acabará, y cada uno finalizaremos nuestras vidas de una manera u otra, unos moriremos antes de tiempo, otros alcanzaremos altas edades, por desgracia o por suerte, eso depende de cada uno. Pero de lo que estoy segura, y de lo que ya me he cerciorado varias veces, es de que lo último que pasa por nuestra mente antes de morir, el último pensamiento procesado por nuestro cerebro, va dedicado, y se basa en las personas, en lo que nos han hecho vivir, en los que nos han odiado y nos han amado, y viceversa. Lo principal para superar un golpe, es aceptarlo, salir de ese estado de shock en el que tantas veces nos quedamos estancados.
domingo, 16 de marzo de 2014
Indescriptible.
Voy a intentar describirla aquí, aunque es bastante complicado describir algo que es indescriptible, y que es tan extremadamente brillante. Para ser sincera tengo ganas de llorar cuando escribo esto, porque lo que más deseo es tenerla a mi lado y cuidarla a mi manera.
Nació el treinta y uno de octubre entre las seis o las siete de la mañana, la hora no está clara porque ese día era el cambio de horario. Yo ya estaba viva en ese momento, tenía un año, y creo que el momento en el que nació, me dio fuerzas para aguantar todo lo que me esperaba vivir. Su color favorito es el rojo, y si no me equivoco, y la memoria no me falla, le gusta el número cinco. Y es la mejor portera del mundo. No exagero, repito, no exagero. Es increíble, diferente, y esa diferencia es lo que le ha permitido resistir todo el sufrimiento que ha tenido que sentir, a una edad en la que hay que disfrutar. Personalmente, yo cuando está rara, o mal, o tiene miedo, siento como que todo se muere a mi alrededor, como que me voy quemando desde dentro, que ya no soy yo, porque es mi mitad, y me complementa. Lo que ni quiero ni voy a permitir es que algo tan bonito como ella sienta que está sola. Por eso no voy a dejarla nunca, y voy a estar siempre, siempre, a cada segundo del año. Si pudiera recoger las lágrimas que me provoca en un recipiente, sacaríamos cosas sorprendentes y perfectas de ellas. Cada día que me despierto es la que me da algún motivo para permanecer aquí. Y eso no tiene forma de agradecimiento, tengo que compensar todo lo que hace estando siempre a su lado. Su evolución ha sido realmente grande, y estoy muy orgullosa de lo que es. Fuerte y valiente, valiosa y comprensiva, sincera e inteligente, preciosa, imprescindible, y necesaria.
Es Aina. T'estimo.
Nació el treinta y uno de octubre entre las seis o las siete de la mañana, la hora no está clara porque ese día era el cambio de horario. Yo ya estaba viva en ese momento, tenía un año, y creo que el momento en el que nació, me dio fuerzas para aguantar todo lo que me esperaba vivir. Su color favorito es el rojo, y si no me equivoco, y la memoria no me falla, le gusta el número cinco. Y es la mejor portera del mundo. No exagero, repito, no exagero. Es increíble, diferente, y esa diferencia es lo que le ha permitido resistir todo el sufrimiento que ha tenido que sentir, a una edad en la que hay que disfrutar. Personalmente, yo cuando está rara, o mal, o tiene miedo, siento como que todo se muere a mi alrededor, como que me voy quemando desde dentro, que ya no soy yo, porque es mi mitad, y me complementa. Lo que ni quiero ni voy a permitir es que algo tan bonito como ella sienta que está sola. Por eso no voy a dejarla nunca, y voy a estar siempre, siempre, a cada segundo del año. Si pudiera recoger las lágrimas que me provoca en un recipiente, sacaríamos cosas sorprendentes y perfectas de ellas. Cada día que me despierto es la que me da algún motivo para permanecer aquí. Y eso no tiene forma de agradecimiento, tengo que compensar todo lo que hace estando siempre a su lado. Su evolución ha sido realmente grande, y estoy muy orgullosa de lo que es. Fuerte y valiente, valiosa y comprensiva, sincera e inteligente, preciosa, imprescindible, y necesaria.
Es Aina. T'estimo.
Incrustado.
Caigo, y no sé qué tipo de agujero es, me aterra, la sensación de terror se apodera de mí. Porque siento que otra vez me harán daño, que otra vez querré morir, que otra vez me dañaré, me odiaré. Lo que más me asusta es que esto no acabe nunca. Que cada mañana es un suplicio, y cada noche es un calvario en aumento, una lucha entre mis deseos y yo, que trato de pararme, de salvarme, pero que me empujo a abandonar, a desaparecer. Hoy escribo llorando, porque estoy siendo excesivamente fuerte. Puedo decir con total seguridad que deseo que alguien me mate, que deseo despedirme de todos a los que amo, deseo que el dolor acabe para mí, una niña de quince años no debe tomar antidepresivos para reducir el sufrimiento, no es normal. Necesito nuevo aire, necesito otro corazón, recuerdos más agradables, pero no mis recuerdos, una infancia mejor, de una niña normal. Porque ser diferente cuando eres mayor, está bien, da ventaja en muchas cosas. Pero ser diferente o demasiado madura cuando eres pequeña, es el infierno que se incrusta en tu piel marcándote de por vida. Y eso es lo que en cierto modo provoca malestar, saber que no hay solución, o vuelta atrás.
lunes, 10 de marzo de 2014
Don.
En realidad no sé ni porqué escribo esto, crecí muy rápido porque ya nací diferente, nunca he sido normal ni he tenido algo normal. Tampoco me han tratado demasiado bien, tampoco las personas nunca han sabido mirar en mi interior, y quererme tal y como era, he sido una adulta metida en un cuerpo de niña. Y la peor parte es que no existe arreglo para tal desperfecto. No existe manera de cambiarme, de cambiar mi situación, a las personas que me han hecho así, a las que me han maltratado, a las personas que me han hecho ser mi amiga, mi hermana, y mi madre a la vez, a las personas que han creado en mí la necesidad de cuidarme sin más remedio. De ver la soledad o la falta de atención y cuidados como algo normal. Sí, sé cocinar, y sé llevar a cabo prácticamente todas las tareas de la casa, se tratar la ropa y sé cuidar a los demás. Una de las cosas más bonitas que me han dirigido en mi vida, y que verdaderamente me han marcado, la retengo intacta en mi memoria: "Cristina, tienes unas manos que saben cuidar, que saben acariciar, que saben cómo calmar, que saben tratar, nunca pierdas eso de ti, la vida te ha dado ese don". Y pensando sobre estas palabras, suplico al mundo o a quien sea, o a mí misma, o a nadie, suplico que alguien me cuide en un futuro, porque yo cuido y amo porque me niego a que alguien se sienta igual que yo me sentí.
domingo, 2 de marzo de 2014
Demonio.
He dormido realmente mal. Suelo despertarme una vez por noche, pero esta vez han sido tres veces, la última no pude volver a dormir, así que me mantuve inmóvil en mi cama con el capricho de que el tiempo pasara a la velocidad que a mí se me antojara. Hoy sin embargo puede decirse que haré vida social, aunque más bien me obligo a mí misma a hacerla, si no puedo asegurar que estaría en total soledad y eso me gusta y me aterra al mismo tiempo. Cada noche siento una presencia en mi cuarto, intento ignorar ese maligno sentimiento de que alguien me observa. Pero más me tortura el saber que no hay nadie que me abraza y que me proteja de esos males. Tal vez de mí misma.
He llegado a tales extremos como mirarme a un espejo y darme miedo, escalofriante, y no reconocerme, y ver al mismo demonio en mis ojos. Y he querido huir de mí, y me he desesperado, y dañado en ocasiones. Es fiesta en mi ciudad, así que ni mañana ni pasado tendré que asistir a clase. Esto me agrada porque puedo descansar de todo aquello que tanto me tortura y me agota, me consume cada mañana con tan sólo pensarlo o imaginarlo. Os deseo suerte, ánimo, fuerza, valentía, y coraje, salvajismo para estrenar estos nuevos sietes días. Ojalá se os hagan atractivos.
sábado, 1 de marzo de 2014
Pas(e)ando.
El día de hoy ha sido complicado. Ahora mismo tengo ganas de llorar. Me despierto pensando en la comida, en el tipo de chicle o caramelo que tomaré hoy a modo de desayuno, y pienso en hacer ejercicio. Y en parecer sana en todos los aspectos. Qué lujo esto último. El día prosigue y si controlo mi hambre todo va bien, pero si no lo hago puedo acabar realmente mal. Tengo ganas de morir, no es algo raro en mí, pero hoy hay una peculiaridad en todo esto. Tengo ganas de un abrazo, de que me comprendan y de que no me hagan preguntas, simplemente que estén conmigo sin hablar de los temas que me destruyen por dentro, no quiero que nadie más que yo me recuerde por lo que estoy pasando. Utilizo el verbo pasar como si fuera un paseo, es irónico, porque se me hace eterno. Pero ojalá esta macabra ironía acabe en exquisita y deseada realidad. En una hora intentaré dormir, aunque como siempre sobre las cinco de la mañana me despertaré sin poder pegar ojo, y estaré en la cama hasta las nueve, a esa hora haré ejercicio y me creeré feliz al menos por media hora. Eso es lo que hacen los momentos de energía, aunque son eso, momentos, no duran demasiado. Nada está preparado para mí.
viernes, 28 de febrero de 2014
Nubes.
Lo que me desconcierta de mí muchas veces es la mezcla de sentimientos que puedo llegar a sentir en un mismo momento, a la vez, todo unido, fusionado. Ahora mismo tengo unas intensas y aterradoras ganas de llorar, pero estoy eufórica, me río por el más mínimo detalle y creo que a veces eso es lo que yo definiría como mi escudo. Impermeable al mundo. Nos merecemos un descanso, esta semana ha sido agotadora, aunque todas lo sean. He vivido cosas nuevas. Estoy nerviosa, porque las cosas van rápido, pruebas de hospital, tanto psicológicas como físicas. Ahora veo a un ser enfermo. Pero lo peor y lo que más me asusta, es que mis terribles ganas de abandonar y rendirme ante la vida y el dolor, hacen que en contadas ocasiones ni quiera intentar seguir. Pero... repito. Mi vida pende de otras vidas. Fuerza, fuerza y valor para respirar cada día y cambiar la situación.
viernes, 21 de febrero de 2014
Intención.
Estoy perdidas, mis ojos no lloran pero me arden, de tanto contener lo que es el jugo de mi dolor. Ya no queda fuerza dentro de mí para sonreír, tuerzo los labios de una manera extremadamente intencionada para sacar un hilo de falsa alegría a través de ese delicado gesto en mi cara. Todo se desmorona, no tengo esperanza, estoy totalmente vacía, ya no hay nada que me mantenga, ya no veo ni escucho, soy sorda y ciega, estoy tan hundida que el eco de las voces ajenas no llega a tal profundidad. Estoy tan destrozada que no existe nada que pueda recomponerme totalmente, arreglarme, cambiarme, hacer que nazca otra vez, siendo consciente de mis errores o de mi mala vida, o de mi diferencia de ser, para poder modelarme, para poder ser como todos, para reír por nimiedades, para llorar por tonterías creyendo que son problemas de verdad, para ser inocente y no saber nada de la vida o del sufrimiento llevado a tal extremo. Me gustaría ser normal, aunque ya no hay vuelta atrás. Aunque quizá nunca hubo opción de cambiar, porque nací así, no me hicieron así. O en algunos aspectos sí. Sola, siempre sola, pero muy sociable, muy abierta, pero nada importante saldrá de mi boca. Muy transparente, pero nunca lloraré si no es necesario o indispensable, inevitable, hay muchos adjetivos para tan poco conocimiento de lo que siento, es tanto en tan poco, que no lo entiendo, o puede que lo entienda, pero es demasiado complejo y no lo acepto, no me creo que tenga semejante cantidad de cosas dentro, de daños, de palabras, de actos, de miradas, de golpes, de silencios, de oscuridad, de miedo, de euforia, de resignación, de impotencia, de timidez, de soltura, de comprensión, de madurez, de diferencia, de anomalía.
martes, 18 de febrero de 2014
Las personas.
No quiero seguir así, pero siento que no puedo parar, siento que soy incapaz de seguir en algo tan extremadamente duro como esto a tan temprana edad. Aunque en cierto modo aprendí a sobrevivir por necesidad. Me hago daño a mí misma cada día, y me gusta, y hay algo de locura en eso, porque el hecho de que me guste no tendría que ser normal. Supongo que me gusta porque es la única manera de estar cerca de la muerte o de ahuyentar por unos momentos el dolor psicológico. Es una situación extraña, siento que lo merezco, pero al mismo tiempo quiero morir y acabar con este dolor y sin vivir, esta monotonía inusual, insana. A veces ahogo mis gritos de ayuda con cortes, otras veces sin comer, y otras muchas con el silencio, permitiendo que la depresión pase de ser abordable a insoportable, que desborde mis entrañas y que me hunda en lo más profundo de mi ser intenso y complicado ser.
No creo ser verdadera, engaño, manipulo, para que nadie se de cuenta de lo que soy, de lo que me pasa, del monstruo que llevo dentro, que me incita a odiarme y a dañarme de tal manera que deseo y anhelo el momento de acabar conmigo, acabar con la tristeza, el dolor. Y una vez más, lo que me ata a la tierra, lo que me ata a la vida, lo que me mantiene de una forma inexplicable. Las personas.
sábado, 15 de febrero de 2014
Distorsionada.
Son días complicados, caigo, y nadie lo ve, porque tampoco permito que lo vean, lo camuflo por lo que creo que es mi propio bien, lo que me hará feliz y me hará sentirme mejor conmigo misma. No niego mi miedo al descontrol, a no saber parar, a seguir viendo mi imagen distorsionada, pero hay que correr riesgos. Riesgos que me impongo sólo yo aparentemente, pero que todos se han encargado de imponerme durante toda mi vida. Creo que esta en realidad es la forma más silenciosa de morir disimulada y lentamente. Todo es demasiado esfuerzo para mi cuerpo y mente, pero supongo que es porque siempre he sido débil. O fuerte a la fuerza porque me han hecho ser la pequeña, la inferior, el error, la débil, la nada, la diferente y asquerosamente madura para mi edad.
sábado, 8 de febrero de 2014
Malévola.
Hoy es un día en los que parezco estar feliz, porque estoy demasiado enérgica. Llevo casi tres semanas con estos nuevos antidepresivos. Puede que hagan ese efecto temporal. En cualquier caso, es una delicia. Aunque también tiene su parte malévola. Cuando estoy enérgica, motivada, también me motiva más el no comer, tengo más pensamiento desviado a la anorexia. Pero aprovechemos mi buen humor instantáneo. Que tengáis un buen fin de semana, lo merecéis cada uno de vosotros. Es complicado el hecho de levantarse por las mañanas, el hecho de acostarse con un día más a tus espaldas, pero debemos creernos capaces y confiar en nosotros mismos.
lunes, 3 de febrero de 2014
Último recurso.
Hoy he despertado llorando, como otras tantas mañanas. Estaba convencida de que hoy no podría aguantar, de que esta noche ya no estaría aquí. Pero una vez más me he sorprendido a mi misma. El plan estaba trazado en mi cabeza, esta tarde iba a perder el control. Pero todo se ha arruinado cuando a medida que iba pasando la mañana, mi ánimo ascendía hasta llegar a un treinta por ciento. Algo que es mucho para mis costumbres. Con todo esto quiero deciros que no os rindáis, el mínimo detalle puede agrandar vuestro entusiasmo.
Sólo quiero atención, sentirme querida, sentirme salvada. Y no es egoísta, es que lo necesito, y lo pido porque es la última oportunidad que me estoy dando para permanecer aquí. Tanta es mi desesperación que pido un milagro como último recurso.
Sólo quiero atención, sentirme querida, sentirme salvada. Y no es egoísta, es que lo necesito, y lo pido porque es la última oportunidad que me estoy dando para permanecer aquí. Tanta es mi desesperación que pido un milagro como último recurso.
miércoles, 29 de enero de 2014
Decaer.
Cada día tengo la sensación de decaer, de perderme en mi propio bosque, que no conocerme lo suficiente como para saber hacia dónde dirigirme. Y no veo la luz, palpo cada árbol que me mantiene viva, es un soporte. Espero que entendáis la metáfora a la perfección. Cuando de verdad me cure, lo escribiré claramente, lo gritaré en palabras, lo proclamaré como si me fuera en ello la vida, el último instante para coger aire y gritar, abrir los ojos y enfocar a lo que es el mundo que tengo que superar cada día. Creo que notáis que ahora mismo estoy en mi "hora optimista" del día.
Abrir los ojos cada día es duro, no evitar la tentación de dañarme es horriblemente imposible. Y lágrimas desgastan mis mejillas cada mañana, por el hecho de seguir, de tener que salir ahí fuera a observar y ser vista. Últimamente siento frío, dentro de mí, y eso se refleja en mi mirada caída, y a veces se manifiesta en algo físico, y el bello de mis brazos se eriza. Y ahí es cuando siento la inmensa necesidad que me invade, esa necesidad de que alguien me cuente con orgullo cómo superé la lucha, cómo construí mi vida y me rehice a mí misma con sólo trozos de algo roto. Alguien que esté siempre, alguien que me trate como a su única razón para respirar.
Abrir los ojos cada día es duro, no evitar la tentación de dañarme es horriblemente imposible. Y lágrimas desgastan mis mejillas cada mañana, por el hecho de seguir, de tener que salir ahí fuera a observar y ser vista. Últimamente siento frío, dentro de mí, y eso se refleja en mi mirada caída, y a veces se manifiesta en algo físico, y el bello de mis brazos se eriza. Y ahí es cuando siento la inmensa necesidad que me invade, esa necesidad de que alguien me cuente con orgullo cómo superé la lucha, cómo construí mi vida y me rehice a mí misma con sólo trozos de algo roto. Alguien que esté siempre, alguien que me trate como a su única razón para respirar.
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