Abrir los ojos cada día es duro, no evitar la tentación de dañarme es horriblemente imposible. Y lágrimas desgastan mis mejillas cada mañana, por el hecho de seguir, de tener que salir ahí fuera a observar y ser vista. Últimamente siento frío, dentro de mí, y eso se refleja en mi mirada caída, y a veces se manifiesta en algo físico, y el bello de mis brazos se eriza. Y ahí es cuando siento la inmensa necesidad que me invade, esa necesidad de que alguien me cuente con orgullo cómo superé la lucha, cómo construí mi vida y me rehice a mí misma con sólo trozos de algo roto. Alguien que esté siempre, alguien que me trate como a su única razón para respirar.
"No permitas que el dolor, la tristeza, la soledad, el odio, la inseguridad, el resentimiento, los celos, el rencor, y todo lo que pueda sacar el brillo de tus ojos, destruya la pureza dentro de tu alma."
miércoles, 29 de enero de 2014
Decaer.
Cada día tengo la sensación de decaer, de perderme en mi propio bosque, que no conocerme lo suficiente como para saber hacia dónde dirigirme. Y no veo la luz, palpo cada árbol que me mantiene viva, es un soporte. Espero que entendáis la metáfora a la perfección. Cuando de verdad me cure, lo escribiré claramente, lo gritaré en palabras, lo proclamaré como si me fuera en ello la vida, el último instante para coger aire y gritar, abrir los ojos y enfocar a lo que es el mundo que tengo que superar cada día. Creo que notáis que ahora mismo estoy en mi "hora optimista" del día.
Abrir los ojos cada día es duro, no evitar la tentación de dañarme es horriblemente imposible. Y lágrimas desgastan mis mejillas cada mañana, por el hecho de seguir, de tener que salir ahí fuera a observar y ser vista. Últimamente siento frío, dentro de mí, y eso se refleja en mi mirada caída, y a veces se manifiesta en algo físico, y el bello de mis brazos se eriza. Y ahí es cuando siento la inmensa necesidad que me invade, esa necesidad de que alguien me cuente con orgullo cómo superé la lucha, cómo construí mi vida y me rehice a mí misma con sólo trozos de algo roto. Alguien que esté siempre, alguien que me trate como a su única razón para respirar.
Abrir los ojos cada día es duro, no evitar la tentación de dañarme es horriblemente imposible. Y lágrimas desgastan mis mejillas cada mañana, por el hecho de seguir, de tener que salir ahí fuera a observar y ser vista. Últimamente siento frío, dentro de mí, y eso se refleja en mi mirada caída, y a veces se manifiesta en algo físico, y el bello de mis brazos se eriza. Y ahí es cuando siento la inmensa necesidad que me invade, esa necesidad de que alguien me cuente con orgullo cómo superé la lucha, cómo construí mi vida y me rehice a mí misma con sólo trozos de algo roto. Alguien que esté siempre, alguien que me trate como a su única razón para respirar.
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