Son días complicados, caigo, y nadie lo ve, porque tampoco permito que lo vean, lo camuflo por lo que creo que es mi propio bien, lo que me hará feliz y me hará sentirme mejor conmigo misma. No niego mi miedo al descontrol, a no saber parar, a seguir viendo mi imagen distorsionada, pero hay que correr riesgos. Riesgos que me impongo sólo yo aparentemente, pero que todos se han encargado de imponerme durante toda mi vida. Creo que esta en realidad es la forma más silenciosa de morir disimulada y lentamente. Todo es demasiado esfuerzo para mi cuerpo y mente, pero supongo que es porque siempre he sido débil. O fuerte a la fuerza porque me han hecho ser la pequeña, la inferior, el error, la débil, la nada, la diferente y asquerosamente madura para mi edad.
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