miércoles, 7 de mayo de 2014

Me encuentro en un constante sin vivir, el frío no abandona mi cuerpo, la penetra a través de cada poro, se ha alojado por completo en mi piel, y eriza mi bello numerosas veces al día. Creo que es por el ánimo, o la comida, o el cúmulo del todo. Escribo esto en clase, porque me niego a romper a llorar en cualquier momento, cuando haga el siguiente movimiento, mejor lo escribo, y lloro aquí, sobre seco, sobre algo que todo lo comprende y que todo se lo guarda, que nada reprocha. Seguramente, haré algunos cambio cuando esté pasando esto del papel a la pantalla, eso es seguro porque siempre lo hago. Me atrevo a pensar que esta tarde estaré en un grado aún más alto de inestabilidad emocional, para mi alma, un alma fantasmal que ya no siente. Siento dolor, locura, tristeza cuando no me siento sana mentalmente, al notar tanto mal, que mi concepto del bien es el fin. Placentero aparentemente, esto es lo que me asusta. 



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