Siento que me mantengo en un dolor, en una presión, y en un sin vivir terribles e insoportables para el alma. Estoy llena, pero mis manos tiemblan si escribo lo que me llena, si escribo lo que me calma. Hacerme daño, buscar la perfección que no existe. La depresión se apodera de cada uno de mis sentidos a medida que pasan los días. Lo siento, siento ser así.
A veces creemos que nadie nos va a querer como realmente somos, con nuestras opiniones o formas de vivir. Tenemos miedo a ser rechazados y a quedarnos solos. Pero bajo mi punto de vista, a la hora de la verdad, todos estamos solos, me refiero a que todos tenemos momentos íntimos en los que perfectamente podemos acabar con todo. Los impulsos o recaídas que dejan tanto en el aire.
Todos conocemos la vida, y todos conoceremos la muerte, y eso es algo inevitable, simplemente podemos atrevernos a jugar con el tiempo. Ayer me sorprendí a mí misma pensando algo... que creo que es positivo o demasiado normal para mí. Si sabemos que vamos a morir, y no le tenemos miedo a eso, si lo deseamos, si deseamos conocer la muerte o saber qué hay, sentir que el sufrir se desvanece, ¿Porqué no conocemos la vida a fondo antes del final? ¿Porqué no dejamos que la vida nos conozca a nosotros? Digo que este pensamiento me sorprende porque simplemente rozo, toco, acaricio, y pienso en acabar conmigo cada día.
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