Hoy he podido disfrutar de un buen día. Nadie de mi entorno estaba mal. Yo estoy genial, y eso se disfruta. Hay que aprovechar bien los momentos en los que todo va bien. Os aconsejo que hagáis el ridículo una vez al día, que os riáis de vosotros mismos, que tengáis una mini-meta al día y que la apuntéis cada mañana en un cuaderno para que por la noche puedas tacharla con orgullo. El día tiene sus fases, y cuando estamos cansados nos enfadamos por todo. Hay que canalizar esa serie de detalles. Hay que ser claros y directos, pero también cercanos. Os deseo una buenísima noche. Porque todo, sin miedo, se puede conseguir.
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