Siempre hay un secreto que queremos guardar, hay uno para cada persona. No lo contamos, a nadie. Luego llega la frustración , la impotencia de tu error... Revelárselo a la persona que tú creíste que era de confianza. En este punto ya no se puede hacer nada, no hay marcha atrás. Solo quedará la lección aprendida. Ten tu propia voz, álzate ante las demás. Pero con cuidado y pensando bien sobre lo que no queremos decir.
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