Hay colchones que hacen de barco, y remas y no se hunden.
Hay pieles que abren sus puertas y que guardan bosques ardiendo.
Hay escondites que se rompen y mar en unos ojos.
Hay suspiros que guardan mil y una noches.
Hay nudos que no dejan hablar.
Todo lo que tengo corre, me miras y me haces pensar, que ya no sé pensar.
Fue la primera vez que vi el amanecer con los ojos cerrados.
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