Sé perfectamente que hago bastantes cosas mal conmigo misma y con los demás. Claro que seguramente no estoy dando unos argumentos objetivos porque no creo que nada de lo que haga esté bien. Y no creo ser suficiente para alguien. Siempre albergo esa inseguridad que me da la duda de perder a las personas. Bien sea por cansarlas, por mentir, por querer, por dar mucho y que se agote, por no ser correspondida de la misma manera. Por ser incomprendida. Tantas veces he pensado en no poder salir de esto, o tantas veces me he sentido agotada y rendida ante mis propios pies. Tantas veces mi alma ha querido abandonar mi cuerpo, salir de mis ojos, apagar mi mirada.
Puede que haya ocasiones en las que no he querido ni luchar, ni salir, porque lo veía como una completa pérdida de tiempo. Que conste que ni siquiera sé porqué hablo en pasado. Supongo que es una forma de no atribuir a mí todas las palabras.
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