miércoles, 29 de enero de 2014

Decaer.

Cada día tengo la sensación de decaer, de perderme en mi propio bosque, que no conocerme lo suficiente como para saber hacia dónde dirigirme. Y no veo la luz, palpo cada árbol que me mantiene viva, es un soporte. Espero que entendáis la metáfora a la perfección. Cuando de verdad me cure, lo escribiré claramente, lo gritaré en palabras, lo proclamaré como si me fuera en ello la vida, el último instante para coger aire y gritar, abrir los ojos y enfocar a lo que es el mundo que tengo que superar cada día. Creo que notáis que ahora mismo estoy en mi "hora optimista" del día. 
Abrir los ojos cada día es duro, no evitar la tentación de dañarme es horriblemente imposible. Y lágrimas desgastan mis mejillas cada mañana, por el hecho de seguir, de tener que salir ahí fuera a observar y ser vista. Últimamente siento frío, dentro de mí, y eso se refleja en mi mirada caída, y a veces se manifiesta en algo físico, y el bello de mis brazos se eriza. Y ahí es cuando siento la inmensa necesidad que me invade, esa necesidad de que alguien me cuente con orgullo cómo superé la lucha, cómo construí mi vida y me rehice a mí misma con sólo trozos de algo roto. Alguien que esté siempre, alguien que me trate como a su única razón para respirar. 




martes, 21 de enero de 2014

Terapia.

Estoy tratando de contener mis ganas de llorar, todo va mal dentro de mí, no quiero despertar, he perdido el interés por todo, y tengo miedo a perderlo por escribir también. Es una de las terapias que me sostienen. No sé qué necesito, por eso no sé expresarlo, porque puede que lo que necesite sea la nada. 

domingo, 19 de enero de 2014

Publicidad de lo inexistente.

Cuando estoy bien demasiado tiempo, (con demasiado tiempo me refiero a demasiadas horas), sé que volveré a caer en la noche. Porque en realidad no estoy verdaderamente, puramente bien. Siempre hay algo dentro de mí que me angustia, siempre engaño y siempre finjo, intuitivamente, automáticamente. Todo acaba en -mente. Porque son adverbios de modo. De mi propio modo. No me considero egoísta. Por un lado, no he dejado aún este mundo tan sólo por los lazos personales. Pero tengo miedo de que un día eso me de igual, que me sea indiferente, que mire por mí y por mi sufrimiento. 
Esta mañana, iba caminando por la calle, y me paró un señor, de estos que van repartiendo folletos sobre su religión. (En este caso, los testigos de Jehová). Me explicó algunos temas religiosos y después me preguntó que si creo que tiene que haber un fin, un final para el dolor, porque los humanos no sabemos encontrarlo, y porque tiene que ser Dios el que decida cómo y cuando. Yo reí para mis adentros. Pensé... algo como... "No sabes con quién estás hablando, como que no he pensado o buscado yo un final tantas veces". Pero soy demasiado respetuosa.  Me limité a contestar... "¿Porqué no? Entonces el hombre se sorprendió ante mi inusual respuesta, sonrió sin saber lo que decir y cerró la conversación diciendo... "Tome el folleto y léalo despacio, gracias". Bonita forma de comenzar la mañana. Tened un buen domingo, y ánimo a todos con vuestra semana de cinco días. Podéis. 



sábado, 18 de enero de 2014

Torturador.

Hoy por fin me decido a escribir. Es en ocasiones extremadamente difícil para mí, porque arrastro tal miedo... Tengo fobia a lo que pueda salir de mi cabeza cuando soy consciente de mi mal estado anímico. Por eso prefiero mantenerme al margen de esto para no plasmar tantas barbaridades o tantas ganas de un final placentero pero desagradable. ¿Cómo estáis? No me olvido de esto, al contrario, creo que día a día lo tengo presente en mis pensamientos, aunque nunca lo manifiesto por medio de la boca. Es algo que pocos saben. Quiero que disfrutéis de este medio fin de semana que tenéis pro delante. Ya estamos en el ecuador de enero. Y la semana que viene será una buena semana. Tenéis que confiar en ello, esa es la clave, saber lo que tenemos, saber hasta donde podemos llegar, y ser felices o estar conformes en base a eso. La pérdida es algo imposible de superar. Sinceramente dicho porque creo que no podemos andarnos con rodeos en cuanto a estos temas. Cuando perdemos a alguien, sea fuera de nuestra vida o sea de una forma más drástica, cuando en nuestra vida se da una pérdida, la superamos, pienso que aprendemos por necesidad a vivir con ello. Es duro, complicado, difícil, dañino, torturador. Existe infinidad de sinónimos para describirlo, pero el sentimiento es exactamente el mismo. Ánimo con eso. 

domingo, 12 de enero de 2014

Detesto.

No sé bien cómo empezar, no concibo bien lo que siento, o tal vez no siento nada, o me siento como de costumbre, y por esa razón obvia, no me siento, no me noto, no me aferro a mí. Creo que dócilmente mi monstruo va muriendo en mi interior. Lo que acabo de decir es mentira. Lo he escrito para engañarlo, o para auto convencerme de esto. O simplemente para darme algo en lo que tener esperanza. Tengo esperanza, y estas dos últimas palabras son reales. He notado demasiadas veces esa necesidad nerviosa de tener a alguien que me mire a los ojos, y que llore por mi sufrimiento, y que me deje ir, o que me permita hundirme en su pecho y ahogar mi llanto en su comprensión y amor, en su cuidado y su mimo hacia mí. Detesto esa sensación porque la requiero siempre. Y soy afortunada de poder haber tenido eso en algunas ocasiones. Sólo necesito que se queden callados, a mi lado, que me perdonen, que me quieran, que no me hagan sentir un estorbo, que no me hagan sentir un error, que no me hagan sentir una molestia para sus vidas. Creo que nunca tendré esa garantía o confianza, creo que nunca esa sensación dejará mi ser. Aunque digo "creo" porque nunca se sabe. Y eso me aterra. Porque nunca sé nada. Nunca sé nada sobre mí, nunca sé si despertaré mañana. Imposible es seguir sin nada por lo que respirar. A veces sólo quiero que me encierren para dejar de fingir. 



sábado, 11 de enero de 2014

Ante mí.

Sé perfectamente que hago bastantes cosas mal conmigo misma y con los demás. Claro que seguramente no estoy dando unos argumentos objetivos porque no creo que nada de lo que haga esté bien. Y no creo ser suficiente para alguien. Siempre albergo esa inseguridad que me da la duda de perder a las personas. Bien sea por cansarlas, por mentir, por querer, por dar mucho y que se agote, por no ser correspondida de la misma manera. Por ser incomprendida. Tantas veces he pensado en no poder salir de esto, o tantas veces me he sentido agotada y rendida ante mis propios pies. Tantas veces mi alma ha querido abandonar mi cuerpo, salir de mis ojos, apagar mi mirada. 
Puede que haya ocasiones en las que no he querido ni luchar, ni salir, porque lo veía como una completa pérdida de tiempo. Que conste que ni siquiera sé porqué hablo en pasado. Supongo que es una forma de no atribuir a mí todas las palabras. 


martes, 7 de enero de 2014

Para la mejor amiga del mundo.

Como empezar teniendo tanto que decirte, que agradecerte, simplemente por haber entrado en mi vida hace exactamente 1 año y 5 meses y no haberte ido nunca, bueno me encuentro escribiendo esto en un espacio que no es mío, llevo queriendo hacerlo desde hace tiempo ya y por fin aquí me hallo escribiendo algo para mi hermana, mi mejor amiga y una gran parte de mi.
Creo que esto que te voy a decir te lo habré dicho como unas mil veces ya, pero nunca voy a dejar de hacerlo, de decirte que mírate, que eres increíble, por dentro y por fuera, con una sonrisa preciosa cuando la luces y una voz que expresa perfectamente tu estado de ánimo.
La persona que está detrás de todo esto se ha hecho necesaria para mí en mi día a día, la necesito más que a mi misma, es lo que me ha hecho seguir cada mañana, cada  noche de ralladas, en cada mal momento y enseñarme a aprovechar los buenos, ya no me imagino nada sin ella, y si algo tengo claro es que se tiene el cielo ganado, que todo por lo que está pasando va a terminar un día cercano, pero que necesito que siga ahí, por ella, por mí, por quien quiera, pero que siga adelante, porque aunque ella muchas veces piense que no, es una de las personas más fuertes y admirables que conozco, ha pasado por las peores situaciones y esto que queda es el último esfuerzo, te dije que podríamos juntas, y de hecho vamos a poder, porque yo nunca te voy a dejar, solo te pido que no me faltes nunca, que sin ti no podría, que todo va a ir bien, todo va a mejorar, créeme, te adoro.

                              TÚ PUEDES.




lunes, 6 de enero de 2014

Colegio.

Siempre me he preguntado el porqué. Pero hay algo que recuerdo con cierto cariño, delicadeza y misterio de cuando era realmente pequeña, de cuando comencé a aprender a escribir y leer. O simplemente a dibujar algo que tuviera la apariencia de lo que realmente era. Vivía bastante cerca de mi colegio. Y cada día, mis hermanos se iban juntos a las nueve menos diez de la mañana. Unas veces se iban juntos, otras acompañados por alguna mujer que trabajara en esos tiempos en casa, otras iban a la puerta de algún vecino que tuviera hijos, y se iba, todos juntos, y otras los llevaba mi madre en coche. Todos los niños lo hacían así. En cambio siempre me gusta recordar esa diferencia. Yo salía a las nueve menos cuarto, sola. Me tomaba mi tiempo. Siempre andaba de la misma forma. Me gustaba mirar al suelo y dar pasos enormes. Daba pocos pasos y todos eran realmente amplios, a veces llegaba a caerme, pero era pequeña y era algo tierno. Muchas veces hacía eso, y otras, me dedicaba a ir bailando durante todo el camino. Era como mi momento del día, únicamente para mí, sin ninguna vigilancia. Llegaba siempre muy puntual, y siempre una profesora me decía "Cris, ¿Hoy también vienes solita cariño? Eres muy lista." Esas palabras solían ser exactas, por eso las recuerdo tan bien. Entrábamos a clase, la profesora proponía algún juego o actividad, y recuerdo que yo siempre me iba sola a la mesa más alejada del fondo, para dibujar, o simplemente para observar a los demás sin hacer ningún tipo de gesto o palabra. El día transcurría y yo estaba bien dentro de esa soledad. Supongo que de alguna manera siempre estaba acostumbrada a no encajar, aunque no hacía nada para cambiar eso. Tampoco quería, me gustaba ser diferente. Porque todas las niñas hablaban de cosas que no me interesaban en absoluto o que no tenían importancia. Siempre fui demasiado madura, y eso hizo que mi persona nunca haya sentido lo que es jugar con más de tres personas, disfrutando de verdad y sin pensar en ser inferior. 





sábado, 4 de enero de 2014

Cinco de Enero.

Hola amores. Os felicito, a mí misma y a vosotros. Juntos cumplimos hoy un año aquí. El pasado cinco de enero creé este espacio tan singular concretamente para evadirme de todo sin aislarme completamente, para compartir esto con quienes quieran y con quienes se sientan identificados con mis pensamientos. Al parecer muchos, y sinceramente no sé si eso es una desgracia o no. 
Os diré la verdad, hoy ha sido un mal día, uno de muchos en los que me he sentido vacía y totalmente... nada. Pero siento que os defraudo si hoy empezara a hablar de eso. Aunque por otra parte supongo que queréis mi verdadero estado, y que yo no deseo ni pretendo engañarme a mí misma. Por eso debo decir que he perdido hoy una parte de mi corazón ya de por sí roto. He perdido lágrimas que salían de mí como si pájaros fueran acosados por la tormenta. No creo poder seguir en muchas ocasiones. Planeo un final distinto en muchos momentos a lo largo del día. Pero hoy intento acostarme con el pensamiento y la mera certeza de tener a alguien que me piensa.