sábado, 10 de marzo de 2018

Certeza.

Nunca soy la primera opción para nadie. 
Para mí siempre hay alguien en quien pienso primero. En mí nadie piensa primero. 
Me despierto con ganas de morirme, me tomo la pastilla que se supone que me hace feliz, pero hoy no ha hecho tanto efecto. Nadie me ofrece su pecho para descansar. Nadie me ofrece su pecho como refugio, nadie me pide mi cariño, nadie me necesita. 
Podría irme sin dejar secuelas importantes, y no pasaría nada. Hay días en los que estoy eufórica y todo es genial, y estoy feliz, y mi vida me gusta. Pero otros días me despierto en el fondo de un pozo y nadie me lanza una cuerda para poder salir. 
Me da miedo porque a veces tengo la certeza de que voy a morir pronto. Y no quiero saber eso, pero a la vez me muero por saber cuándo me voy a morir. 

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