jueves, 1 de marzo de 2018

Marzo.

Continuamente siento que quemo, que me desbordo de mí misma y que no hay nadie que recoja mis pedazos rotos, que se caen porque ya no hay nada que los mantenga. Quiero a todos pero parece que nadie me quiere a mí. Necesito más de lo que nadie puede darme. Tal vez debería irme en silencio, porque mis huesos ya han encontrado un lugar para quedarse y dormir. Quiero que todo sea mentira, que mi vida empiece de cero, pero que no sea mi vida. Quiero dejar de ser hipersensible, frágil, quiero dejar de ser un incordio para todos, quiero dejar de ser la hija de la oscuridad. 
A veces me gustaría haberme quedado en el interior de mi madre. Y nunca haber salido. 
Quiero decirle al mundo que he vuelto, que estoy bien, que me he curado, que me quiero, que me valoro, que me respeto, que me quiero viva. Quiero que la lluvia lave el dolor de mi mirada, que me quite de encima mi sonrisa fingida, mis huidas inesperadas, mis cambios de humor, mis ganas de dejarlo todo, mis ganas de morir, mis sentimientos de soy una mierda, mis vacíos donde caigo y nunca paro, donde tengo un cuerpo pero no lo gobierno yo, donde hay un demonio que me ha robado la mirada, y que no me la devuelve. 
Quiero gritarle a la del espejo que la quiero, porque sé que lo necesita más que yo, quiero mirar mis muñecas y pedirles perdón, quiero acariciar mi cuerpo y suplicar, y disculparme y susurrarle que la que le rasgó tanto la piel, que la que hundía sus puños en el vientre, que la que sacaba la comida del estómago, que la que se cortaba con fuerza todo el cuerpo, que la que inundaba sus ojos con agua salada dañina era yo, pero que ya me fui. 
Quiero que me pregunten cómo estoy, quiero que me abracen que me acaricien que me quieran que me griten que me arrollen con brazos protectores, quiero que me hagan sentir invencible, que no me va a pasar nada, que me necesitan pero que yo me necesito más.
Deseo sentirme segura, tener a alguien que me de la seguridad de que no se va a ir de mi vida, y que si se va, no será por mi culpa, no será porque soy insuficiente para todo el mundo 
Todo es rojo, mis pastillas, mi pelo, mi sangre mis labios. Todo es gris, mi humo, mis cenizas, mi mirada y mi interior. Algunos días soy fuerte. Otros días me rindo. 
Tengo miedo de sentirme viva otra vez, porque no recuero cómo era. 
Ojalá no estuviera escribiendo esto. Ojalá no tuviera mi vida. 

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