Despierta, abre los ojos a un mundo amenazante, que le es ajeno a todo su ser. Permanece unos minutos en la cama, haciendo esfuerzos sobrehumanos para poner un pie en el suelo; frío y sin escrúpulos. Palpa sus ojos haciendo una parada en ambos lagrimales. Presiona. No quiere echarse a llorar otra mañana más. Se dispone para vestirse, pero antes, tapa todos los espejos que hay en la habitación. Desde hace años no soporta la idea de contemplar su cuerpo. Prefiere vestirse rápido para que esa tortura diaria acabe cuanto antes.
Desayuno; medio vaso de agua caliente mezclado con una cucharita de cacao soluble. ¿A continuación? Seis horas en el instituto, sola entre tantos cuerpos, absorta en sus pensamientos. Se deshace de la mochila de vez en cuando, sus pesares multiplican esa carga. Sentada en su mesa, mirando al vacío, dividida en dos. Por una parte, concentrada en absorber todos los conocimientos que le sea posible. Estudiar, aprender... Se intenta sentir útil a través de esto, aunque le cueste la vida la aprobación, y ver algún día, reflejado todo su esfuerzo en un papel. Por la otra parte, sus pensamientos van dedicados a la comida del día; pautas para superarla según la que sea, y fuerza a sí misma para no echarlo todo a perder.
Llega la hora, la comida. Raciones estrictamente reducidas y no pensar ni por unos instantes en carne, pan o pasta. Pero esto no es todo, llega el mayor de los retos. Retener la comida ingerida. Tiene lugar en su cabeza una gran disputa entre el vómito, la retención, el peso, la angustia, la tristeza, la frustración. Por desgracia, aquí no hay patrón fijo. Unos días la comida logra mantenerse dentro; otros sin embargo, es expulsada.
Hasta aquí, medio día resumido y sin detallar que me pertenece por rutina. No puedo seguir por dolor interno, expresar esta clase de cosas, sea por escrito, oralmente, me destroza, y debo ir poco a poco.
"No permitas que el dolor, la tristeza, la soledad, el odio, la inseguridad, el resentimiento, los celos, el rencor, y todo lo que pueda sacar el brillo de tus ojos, destruya la pureza dentro de tu alma."
domingo, 27 de diciembre de 2015
miércoles, 23 de diciembre de 2015
Arte.
Lo inexplicable de una fuerza interior que incita a llorar, a exprimir lo amargo de nuestro ser. La línea curva que nuestros labios trazan de manera descendente, dando a conocer nuestra tristeza. El insoportable nudo en la garganta representada en una mirada perdida. La destreza que algunos poseen para maquillar todo esto con un puñado de buenas palabras o una sonrisa terriblemente fingida.
La debilidad de nuestra soledad interior, el no saber hacia dónde ir, queriendo la nada misma.
A veces hay que tener en cuenta que sentirse perdido, puede ser un perfecto sinónimo de sentirse incompleto.
Acariciamos cuerpos, pero nos quedamos simplemente en eso.
Afortunados los que en sus entrañas lleven el arte de curar las almas, de fundirse, sanar con un abrazo, una mirada. La complicidad en su aspecto más íntimo, valioso, e indescriptible. Pues en esto consiste el arte, no limitarse a lo físico, ir más allá.
La debilidad de nuestra soledad interior, el no saber hacia dónde ir, queriendo la nada misma.
A veces hay que tener en cuenta que sentirse perdido, puede ser un perfecto sinónimo de sentirse incompleto.
Acariciamos cuerpos, pero nos quedamos simplemente en eso.
Afortunados los que en sus entrañas lleven el arte de curar las almas, de fundirse, sanar con un abrazo, una mirada. La complicidad en su aspecto más íntimo, valioso, e indescriptible. Pues en esto consiste el arte, no limitarse a lo físico, ir más allá.
martes, 22 de diciembre de 2015
Inalcanzable.
No esperaba volver a escribir. No esperaba volver.
Siempre me voy o vuelvo en días clave. Hoy es veintidós, el día en el que hace dos años, tuve una de mis más fatales crisis. ¿Cómo estoy? No me he decepcionado del todo a mí misma, sigo con vida, y consigo a medias, algunas metas. La otra mitad puede que me sea caída en gracia el año que viene. Mis tormentas son las mismas, los miedos continúan provocando en mí un temblor inexplicable, aunque intento ser más consciente de cuándo vendrán los monstruos, para prepararme lo mejor posible. Caer entre almohadas no es comparable a hacerlo en medio de la nada con un cuchillo como arma contra ti misma.
Las cosas se suceden demasiado rápido, puede que yo no esté preparada para tal ritmo, pero no hay más remedio que cerrar los ojos y caminar a ciegas. Suelo llegar más lejos cuando no me ahogo visualizando constantemente el final, que a veces parece inalcanzable. Me llama la atención mi forma de escribir este fragmento.Me paro mucho a pensar, mis manos dubitativas, mi cuerpo rígido, mis ojos ardientes. Suspiro. No quiero que mi mar se desborde, nunca me ha gustado el sabor de la sal a secas. Me llama la atención porque siempre al escribir no tengo que pensar, mi inspiración es así, sale todo, incluso me falta rapidez en las manos para escribir todo lo que tengo en mi interior. Hoy me siento contraída, espero que eso cambie. Feliz Navidad.
Siempre me voy o vuelvo en días clave. Hoy es veintidós, el día en el que hace dos años, tuve una de mis más fatales crisis. ¿Cómo estoy? No me he decepcionado del todo a mí misma, sigo con vida, y consigo a medias, algunas metas. La otra mitad puede que me sea caída en gracia el año que viene. Mis tormentas son las mismas, los miedos continúan provocando en mí un temblor inexplicable, aunque intento ser más consciente de cuándo vendrán los monstruos, para prepararme lo mejor posible. Caer entre almohadas no es comparable a hacerlo en medio de la nada con un cuchillo como arma contra ti misma.
Las cosas se suceden demasiado rápido, puede que yo no esté preparada para tal ritmo, pero no hay más remedio que cerrar los ojos y caminar a ciegas. Suelo llegar más lejos cuando no me ahogo visualizando constantemente el final, que a veces parece inalcanzable. Me llama la atención mi forma de escribir este fragmento.Me paro mucho a pensar, mis manos dubitativas, mi cuerpo rígido, mis ojos ardientes. Suspiro. No quiero que mi mar se desborde, nunca me ha gustado el sabor de la sal a secas. Me llama la atención porque siempre al escribir no tengo que pensar, mi inspiración es así, sale todo, incluso me falta rapidez en las manos para escribir todo lo que tengo en mi interior. Hoy me siento contraída, espero que eso cambie. Feliz Navidad.
lunes, 5 de enero de 2015
Hasta pronto
Tenía que despedirme de este espacio el día cinco. Por muchos motivos. El día cinco lo creé, el día cinco yo lo dejo, dejo esto de lo que esto tan orgullosa, para cedérselo a alguien en quien confío plenamente, le confío plenamente mi vida y el poder de compartir aquí la suya porque sé que es una gran terapia. Y el número cinco, mi adorado número cinco, cinco los dedos con los que escribo, cinco mis sentidos, cinco los miembros de mi familia rota, cinco el billete más pequeño de euro, cinco la salvación que esperan los estudiantes con problemas, y cinco, mi número favorito.
Aquí he soltado como si de pájaros al vuelo hablara, todos mis miedos, cada padecer sentido en mi niñez, cada pensamiento, cada pesar y cada sentir llevado al extremo. Cada nudo que con fuerza y garras he retenido como una fiera para evitar que nadie viera salir ni una maldita gota de mis ojos. Haciendo fuerza con mi mandíbula para callar tantas cosas, acariciando a tantos desfavorecidos, maldiciendo el mundo y a la falta de humanidad. Mirando sin vergüenza las miradas de las personas hacia mí, cuando reparan en que soy diferente y no saben en qué. Tantas veces he dicho que no recordaba algo bueno en el colegio, que no recordaba algo normal en mí como niña. No sé lo que va a pasar, pero voy a salir de mi problema tarde o temprano.
Su sonrisa, una niña que me da la vida o la muerte dependiendo de ella. Tiene tantas formas de sonreír... Pero yo me quedo con la sonrisa relajada, enérgica, sin planear, con los ojitos alocados, esa es cuando está verdaderamente cómoda con la situación y quiere parar el tiempo. Esta es la más duradera, las otras son más fugaces y hasta aprieta los labios como de mezcla de emociones en el momento, esa también tiene su toque. Cuando la conocí, cada noche tenía miedo, una crisis, algo, fue saliendo poco a poco, y lo hará sin duda esta vez, podemos perfectamente, todo lo que lleva dentro es ternura, paz, deseos de atención, de cariño, de soledad sin sentirse sola, de que la cuiden, que la levanten cada día, humanidad, valor y valores, fuerza y valentía, inseguridad que se cura con tiempo y palabras. Su envoltura se desarma con solo profundizar y dejar que ella profundice en ti, es algo mutuo. Pero el truco está en no dejarla, no permitir que se quede sin sus buenos días, sin sus preguntas para ver cómo se encuentra, sin sus buenas noches, sin indicaciones para que sepa que con unas teclas tiene ayuda si la necesita, o simplemente por capricho.
Aina, le he dicho que le regalo este espacio, pero es al revés, os regalo a Aina. Puedo prometer muchas cosas, pero pase lo que pase nunca voy a disminuir mi querer hacia ella. Me ha enseñado a calmarme, a no hacerme daño, a no llevar a cabo mis malos pensamientos, a ni tenerlos por mucho tiempo, a aumentar mi comida aunque no sea suficiente, pero a aumentarla en gran medida, y que se quede en mí. Me ha enseñado a decirme que me quiero, sin miedo, y a saber que puedo llorar con ella. No puedo imaginar una vida sin ella, por eso no puedo meterla en algo que no esté conmigo. Me lo ha dado todo, y yo lo doy todo por ver sus ojitos mirándome atentos, por sentir sus caricias llenas de amor.
Estoy muy segura de que te esperan cosas que realmente mereces, cosas increíbles, que hagan brillar tus ojos, y estoy segura de que nos veremos antes de lo que crees. Tenerte conmigo es lo mejor que le puede pasar a cualquiera en la vida, y pase lo que pase estaré para ti. Haces que todo esto merezca mucho la pena.
Te doy un beso en cada ojo, una caricia en tus manos de propietaria de esto, y adelante, pero adelante con todo, fuera de casa, fuera de ti, lucha y sé quien quieras ser, enseña lo que saber, defiende lo que creas, y no te sientas sola, mi niña.
Hasta pronto, Sensiblementefuertes.
Aquí he soltado como si de pájaros al vuelo hablara, todos mis miedos, cada padecer sentido en mi niñez, cada pensamiento, cada pesar y cada sentir llevado al extremo. Cada nudo que con fuerza y garras he retenido como una fiera para evitar que nadie viera salir ni una maldita gota de mis ojos. Haciendo fuerza con mi mandíbula para callar tantas cosas, acariciando a tantos desfavorecidos, maldiciendo el mundo y a la falta de humanidad. Mirando sin vergüenza las miradas de las personas hacia mí, cuando reparan en que soy diferente y no saben en qué. Tantas veces he dicho que no recordaba algo bueno en el colegio, que no recordaba algo normal en mí como niña. No sé lo que va a pasar, pero voy a salir de mi problema tarde o temprano.
Su sonrisa, una niña que me da la vida o la muerte dependiendo de ella. Tiene tantas formas de sonreír... Pero yo me quedo con la sonrisa relajada, enérgica, sin planear, con los ojitos alocados, esa es cuando está verdaderamente cómoda con la situación y quiere parar el tiempo. Esta es la más duradera, las otras son más fugaces y hasta aprieta los labios como de mezcla de emociones en el momento, esa también tiene su toque. Cuando la conocí, cada noche tenía miedo, una crisis, algo, fue saliendo poco a poco, y lo hará sin duda esta vez, podemos perfectamente, todo lo que lleva dentro es ternura, paz, deseos de atención, de cariño, de soledad sin sentirse sola, de que la cuiden, que la levanten cada día, humanidad, valor y valores, fuerza y valentía, inseguridad que se cura con tiempo y palabras. Su envoltura se desarma con solo profundizar y dejar que ella profundice en ti, es algo mutuo. Pero el truco está en no dejarla, no permitir que se quede sin sus buenos días, sin sus preguntas para ver cómo se encuentra, sin sus buenas noches, sin indicaciones para que sepa que con unas teclas tiene ayuda si la necesita, o simplemente por capricho.
Aina, le he dicho que le regalo este espacio, pero es al revés, os regalo a Aina. Puedo prometer muchas cosas, pero pase lo que pase nunca voy a disminuir mi querer hacia ella. Me ha enseñado a calmarme, a no hacerme daño, a no llevar a cabo mis malos pensamientos, a ni tenerlos por mucho tiempo, a aumentar mi comida aunque no sea suficiente, pero a aumentarla en gran medida, y que se quede en mí. Me ha enseñado a decirme que me quiero, sin miedo, y a saber que puedo llorar con ella. No puedo imaginar una vida sin ella, por eso no puedo meterla en algo que no esté conmigo. Me lo ha dado todo, y yo lo doy todo por ver sus ojitos mirándome atentos, por sentir sus caricias llenas de amor.
Estoy muy segura de que te esperan cosas que realmente mereces, cosas increíbles, que hagan brillar tus ojos, y estoy segura de que nos veremos antes de lo que crees. Tenerte conmigo es lo mejor que le puede pasar a cualquiera en la vida, y pase lo que pase estaré para ti. Haces que todo esto merezca mucho la pena.
Te doy un beso en cada ojo, una caricia en tus manos de propietaria de esto, y adelante, pero adelante con todo, fuera de casa, fuera de ti, lucha y sé quien quieras ser, enseña lo que saber, defiende lo que creas, y no te sientas sola, mi niña.
Hasta pronto, Sensiblementefuertes.
Entre lágrimas todo sabe diferente
Recuerdo el día en que te conocí. Hace exactamente un año y tres semanas. Doy gracias a quién me hizo conocerte. Y nos doy gracias, a nosotras, Cristina, y yo, Aina, de querer seguir juntas. Contigo me he sentido libre. Recuerdo las llamadas con lágrimas en la cara de las dos, pero sin poder verlas, alejada de ti, quilómetros nos separan siempre, menos los cuatro díad y media mañana, que nos separaban centímetros. Recuerdo decirte las palabras que nunca le he dicho a nadie, palabras que nunca he sentido por nadie más. Recuerdo ver tu sonrisa por primera vez. Y recuerdo no dormir por ti, ni tu por mi. Esas noches, en las que tenías miedo, y en verdad es que tu miedo y tus llantos me daban seguridad para salvarte. Recuerdo darte lo más preciado para mí, oncluso mi primera camiseta de fútbol que mi padre me regaló cuando cumplí 13 años con mi aprllido y el número 1. Siempre me decías que algún día nos veríamos e irías a mis partidos con una camiseta hecha por ti, animándome como si nada importara. Supongo que al dejar lo que en teoría me apasionaba, fue un golpe duro para mi, no solo por no seguir haciendo la rutina, jugar al deporte que mejor se daba, sino por saber que ya no podrías verme jugar.
No me arrepiento de nada de lo que he hecho por ti, y nunca voy a hacerlo. Aún recuerdo tus labios, disfrazados con el color rojo, ese que nos gusta tanto y decirme "te amo" mirándome a los ojos y regalándole una sonrisa a mi mirada. He sido muchas cosas contigo, cruel, cariñosa... pero lo que más me gusta es ser libre y eterna junto a ti. Cuando fumamos esos petas en esa playa, podíamos volar... y ese tercer peta en Barcelona, cuando un seńor se nos puso al lado a contarnos su vida. Defendiste lo tuyo, y probablemente no te dije lo que querías escuchar, supongo que debería ir un poco ciega, pero estuve y estoy muy orgullosa de cómo le dejaste sin argumentos, como hacea muchas veces con las personas, menos conmigo. A tu lado el mundo parece más humano, parece incluso mejor de lo que puede ser si lo apreciamos.
No quiero ninguna despedida, porque no quiero echarte de menos. Supongo que tu frase tiene sentido, todo es efímero. Menos el sentimiento de apreciarte, admirarte, quererte y respetarte por como eres. Eso no es efímero, creeme. No quiero que llores más por mi, lloraré por las dos si hace falta. Pero tu carita de campeona no debe llorar. Y menos por mí. Perdón por ser tan cruel y tan directa, pero que sepas que era una falsa alarma. Nunca voy a irme de tu lado. Lo prometí.
ATT: Aina, quién ha luchado por salvarte siempre.
No me arrepiento de nada de lo que he hecho por ti, y nunca voy a hacerlo. Aún recuerdo tus labios, disfrazados con el color rojo, ese que nos gusta tanto y decirme "te amo" mirándome a los ojos y regalándole una sonrisa a mi mirada. He sido muchas cosas contigo, cruel, cariñosa... pero lo que más me gusta es ser libre y eterna junto a ti. Cuando fumamos esos petas en esa playa, podíamos volar... y ese tercer peta en Barcelona, cuando un seńor se nos puso al lado a contarnos su vida. Defendiste lo tuyo, y probablemente no te dije lo que querías escuchar, supongo que debería ir un poco ciega, pero estuve y estoy muy orgullosa de cómo le dejaste sin argumentos, como hacea muchas veces con las personas, menos conmigo. A tu lado el mundo parece más humano, parece incluso mejor de lo que puede ser si lo apreciamos.
No quiero ninguna despedida, porque no quiero echarte de menos. Supongo que tu frase tiene sentido, todo es efímero. Menos el sentimiento de apreciarte, admirarte, quererte y respetarte por como eres. Eso no es efímero, creeme. No quiero que llores más por mi, lloraré por las dos si hace falta. Pero tu carita de campeona no debe llorar. Y menos por mí. Perdón por ser tan cruel y tan directa, pero que sepas que era una falsa alarma. Nunca voy a irme de tu lado. Lo prometí.
ATT: Aina, quién ha luchado por salvarte siempre.
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