Siempre me voy o vuelvo en días clave. Hoy es veintidós, el día en el que hace dos años, tuve una de mis más fatales crisis. ¿Cómo estoy? No me he decepcionado del todo a mí misma, sigo con vida, y consigo a medias, algunas metas. La otra mitad puede que me sea caída en gracia el año que viene. Mis tormentas son las mismas, los miedos continúan provocando en mí un temblor inexplicable, aunque intento ser más consciente de cuándo vendrán los monstruos, para prepararme lo mejor posible. Caer entre almohadas no es comparable a hacerlo en medio de la nada con un cuchillo como arma contra ti misma.
Las cosas se suceden demasiado rápido, puede que yo no esté preparada para tal ritmo, pero no hay más remedio que cerrar los ojos y caminar a ciegas. Suelo llegar más lejos cuando no me ahogo visualizando constantemente el final, que a veces parece inalcanzable. Me llama la atención mi forma de escribir este fragmento.Me paro mucho a pensar, mis manos dubitativas, mi cuerpo rígido, mis ojos ardientes. Suspiro. No quiero que mi mar se desborde, nunca me ha gustado el sabor de la sal a secas. Me llama la atención porque siempre al escribir no tengo que pensar, mi inspiración es así, sale todo, incluso me falta rapidez en las manos para escribir todo lo que tengo en mi interior. Hoy me siento contraída, espero que eso cambie. Feliz Navidad.
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