He visto cómo te deslizas en los trenes y terminas tus días acurrucada en un rincón, lleno de polvo y lleno de nada.
He visto cómo te atreves a posar tus pies en la tierra y miras hacia delante, y caminas abrumada, en medio de la niebla que se te cuela hacia dentro.
He visto cómo retumban tus rugidos y tu corazón entona con las gotas de lluvia, monótonas, insistentes, sin sentido.
Sé que no sabes lo que es estar despierta. Cierras los ojos y te deseas invisible.
Te he visto callada y testaruda, clavada en esa silla con los ojos fijos, embobada, embotellada. No sé lo que piensas cuando parece que no piensas.
Evito mirarte cuando sé, que todo lo que te ocupa es maldecir tu existencia.
Sé que aprietas los puños y controlas tus párpados cuando sientes que tu marea sube, y que quieres huir y no sabes de qué.
He visto cómo acaricias y cómo te burlas de la madera que cruje tras de ti, que intenta imitar a tus entrañas, y qué barbaridad y qué imposibilidad.
He visto cómo te abrazas a ti misma y te miras al espejo, y no te reconoces.
Purpúrea,retrocedes, borras, interrumpes, desapareces como el humo en el aire.
¿Cómo puedes morir tan despiadadamente?
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