Pieles tersas contaminan el aura que nos soporta, cicatrices marcas raspan la inocencia, son rasguños de paz que han gritado guerras, ya dormidas.
Tenues escenarios que apagaron sus luces, pasillos borrachos de ruido que se callan ante la ausencia. Vacío muerto que ya no guarda en sus grietas ningún eco de voces pasadas. Todo caducado, todo acabado.
Palabras en el aire diluidas en el viento, enterradas en olvido, marchitas en las conciencias, reducidas a una mota de polvo, de todo aquello que fue.
Pareces delirar y no me he dado cuenta hasta que no he visto las paredes ensangrentadas y los suelos encharcados de mucha sal, para tan poco mar. Tampoco amar fue suficiente.
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