jueves, 16 de noviembre de 2017

Un poco de viento.

Hay días en los que la tristeza abraza tan fuerte, que ahoga. Para mí la tristeza es como una fina tela que nunca se rompe, que nunca me deja ver con claridad. Siempre está ahí, sin motivo alguno, y es algo de lo que nunca puedo escapar. 
Me da rabia sentir que mi vida va hacia delante y que para mi tristeza no sea suficiente. Que no se vaya. A veces la agarro con fuerza, la arrastro, la escondo, finjo, pero ella siempre me atrapa, me absorbe, me remueve. 
Tan remoto es el amor que me tengo, que ni lo veo. No veo salida. 
Escribo y siento que no hay nada más allá. 
Este año de estudios me está siendo muy complicado. No creo en mí. Siempre he pensado que lo único que hago bien en el mundo es estudiar. Soy una mala hija, mala amiga, mala persona, mala vida. Y siento que al menos, si estudio y consigo a duras penas sacarme las cosas, no seré una total fracasada; aunque tantas veces me devore la idea de dormir en las frías calles en un futuro. Me creo inútil, inservible, vibro en una oscuridad que ni me siente, que ni me arropa, que ya no gime de dolor ante mi mirada indiferente. 
Estoy yendo a terapia, pero muchas veces pienso que los pobres especialistas se volverán locos conmigo, que no tengo arreglo, que soy para ellos una paciente infinita que nunca llega a su meta. 
Hace unos meses empecé a vivir con unas compañeras nuevas de piso. Me hacen bien, me alegran muchos momentos del día en los que yo sin duda alguna estaría hecha pedazos. Pero siento que no soy suficiente, que me odian, que piensan que estoy enferma, loca, trastornada, que soy basura, que sus sonrisas, sus abrazos, son fruto único y exclusivo de la pena. 
A veces cuando estoy caminando en la calle siento un gran deseo de ponerme en medio de la carretera y morir. A veces imagino situaciones en las que un atracador viene a mi clase de la universidad, dice que va a matar a alguien, y yo me ofrezco sin esfuerzo alguno. A veces pensarme muerta me hace feliz, me tranquiliza, me socorre. A veces pienso en cómo mi vida se resume a una pastilla. A veces me tengo miedo.
Gracias por leerme. Necesitaba desahogarme. 

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