domingo, 19 de noviembre de 2017

Gran día.

¿Sabes de esas veces que tienes tanto que decir y no te sale nada porque quieres hacerlo bien? A mí me está pasando.
Creo que lo más difícil de escribir es hacerlo para otra persona, porque tienes la necesidad de agradar. Yo sólo quiero darte las gracias por ser como eres, por toparte conmigo en la vida y dejarme conocerte. Aunque no lo parezca me has enseñado mucho. Gracias a ti sé que se puede sobrevivir en medio de un desastre sin necesidad de padecer una ansiedad severa. Me has enseñado a relativizar y a reírme de pequeñas cosas. A creer un poco en la suerte que me ha llevado hasta ti, y a cambiar mi idea errónea de que “los lados opuestos se atraen” (No me lo creía). He encontrado un tesoro en ti. Hay muy poca gente con la que puedas hablar de todo, estar de acuerdo o no, quererse sin más y sin querer nada a cambio.
Le das autenticidad, valía  y vida a mis días, y te juro que tu sonrisa es la más bonita del mundo, me llena y me contagia. Me encanta todo de ti, me da rabia no habernos conocido antes, pero supongo que si ha sido así será por algo (no porque Dios quiera).

Te quiero más que a mí, gracias por quererme. 



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