Esta será la última entrada del año. Quiero hacerla sencilla. Ese es mi propósito. Aunque soy consciente de que nunca hago lo que quería desde un principio. Y eso de alguna manera es bueno. Para mí, eso es la inspiración, puede que improvisación pensada. Lo he pensado bien. Lo he pensado mucho, me he detenido en ello. Diría que este año ha sido el peor, diría que ha sido igual, o peor que el anterior. Pero como os digo lo he pensado pausadamente. Este año he forjado yo sola este espacio. Este año se han sumado a mi corazón y a mi alma, muchas personas que me han pedido ayuda, se han unido a mi ser, personas que se han ganado con creces, mi preocupación y mi querer hacia ellas. Personas por desgracia muy similares a mí. Aunque puede que eso no sea una desgracia, porque si no fueran de esa forma, tened por seguro que no nos habríamos conocido. Creo que podéis daros cuenta por mi forma de escribir; soy experta en sacar el lado bueno y el malo de las cosas. Para lograr ser más objetiva, siempre pienso mi teoría, y después me contradigo. Para hallar ese equilibrio. Pero, volviendo al tema. Creo que... puede llegar a ser desolador o triste decirlo, pero este año no ha sido el peor, únicamente porque sigo aquí. Y escribo esto con lágrimas en los ojos. No creáis que no he luchado contra mí misma, que no me he sentido débil, física y anímicamente. No creáis que no he dañado mi cuerpo. Tampoco creáis que escribo esto porque lo he superado. No creáis que mis ganas de abandonar cesaron. Pero acompañadme en mi teoría de que puede que salga de esto.
Os deseo no una buena entrada, porque creo que eso no sirve para nada. Sinceramente, tengo miedo. Tengo miedo porque no sé si permaneceré mucho tiempo más aquí. Pero voy a intentar... voy a intentar ser constante en cuanto a mis latidos. Gracias, a cada persona que ha cruzado palabra conmigo este tiempo, gracias a cada gesto de amor hacia mi persona, no estoy acostumbrada a ello. Os deseo una buena trayectoria en este nuevo año. Si os mantenéis, al final de esta terrible pesadilla, de ese miedo al descontrol, de acabar con vosotros mismos, si os mantenéis, al final de todo esto florecerá el bello y anhelado sentimiento del orgullo por vosotros mismos.
Feliz navidad.
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