Agotador.

No sé en qué estado estoy ahora mismo. Siento que la vida se me va, que yo me voy, que todos se van de mi lado porque no soy suficiente para ellos, o porque tengo demasiados problemas como para estar conmigo en cada uno de ellos.  Cada sentimiento es aterrador, porque cada mañana mis ganas de desear los buenos días son más pequeñas. Lo admito, soy una de las personas más falsas que conozco. En el sentido de que, a oídos de los demás, siempre estoy bien. Pero es que si desvelo mi verdad, si digo mi estado real, terminarán cansándose de mí. Porque soy depresiva, continuamente. Muchas veces me pregunto el porqué de mi existencia, o sencillamente me consumo pensando en cómo hago para seguir aquí. Es un dolor que nunca acaba. Creo que esta última frase es el gran resumen de mis problemas. No encuentro algo que me llene. Y hago las cosas únicamente para complacer a los demás. Porque sé perfectamente que hace mucho tiempo que no logro complacerme a mí misma. Últimamente he llorado mucho. Esto es raro en mí, porque en cuanto al tema del lloro, mi vida ha sido muy irregular. Cuando era pequeña, me guardaba todo dentro y nunca lloraba, o lo hacía siempre sola. Cuando a mis problemas se les atribuyeron nombres clínicos escritos en historiales médicos, lloraba todas las noches, todas las mañanas, y todas las tardes. Y algo muy peculiar en mí. Comencé a permitir que las personas me vieran hacerlo. Creo que eso fue porque ya estaba totalmente derrotada, y me era indiferente que las personas me vieran. Ahora, mis ganas de llorar están siempre presentes y son constantes. Y cuando lloro, suelo hacerlo intensa y desesperadamente. Me siento realmente seca sentimentalmente. Gracias por siempre leerme. Mis problemas técnicos han desaparecido por fin. Y tendré mucha más facilidad para escribir aquí. Son los últimos días de este año. Intentad convertirlos en los mejores momentos. O al menos en momentos aceptables.