domingo, 23 de diciembre de 2012

Y... sí, no sé si querréis saber más de mí, pero me encanta el ballet. Al igual que los libros, bailando salgo de mi mundo, me siento verdaderamente especial, subirse a la punta, volar. Siento valentía, fuerza dentro de mí, ganas de llorar de alegría, siento como sí todo a mi alrededor se desvaneciera, siento luz en mi interior. Sí, eso es el ballet.
Te permite ser tú misma. Sin cambiar. Que sea bailarina no significa que esa pija y mimada, odio que la gente diga eso. El ballet es un sacrificio, sí, para aquellos que penséis que es fácil, no. Al subir a la puntan los dedos sangran, duelen, queman. ¿Cómo lo resistimos? Si lo amas; no hace falta que  responda a la pregunta.







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