Y... sí, no sé si querréis saber más de mí, pero me encanta el ballet. Al igual que los libros, bailando salgo de mi mundo, me siento verdaderamente especial, subirse a la punta, volar. Siento valentía, fuerza dentro de mí, ganas de llorar de alegría, siento como sí todo a mi alrededor se desvaneciera, siento luz en mi interior. Sí, eso es el ballet.
Te permite ser tú misma. Sin cambiar. Que sea bailarina no significa que esa pija y mimada, odio que la gente diga eso. El ballet es un sacrificio, sí, para aquellos que penséis que es fácil, no. Al subir a la puntan los dedos sangran, duelen, queman. ¿Cómo lo resistimos? Si lo amas; no hace falta que responda a la pregunta.
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