viernes, 28 de diciembre de 2012

Nada volverá a ser igual.

Sí, siempre he pensado que no me ocurriría a mí, que todo estaba bien dentro de lo normal. Pero no era así. Mis padres están separados, divorciados oficialmente desde hace casi un año. Y sí, no lo he superado, ni aceptado. Creo que nunca lo haré, nunca. Es totalmente injusto que metan en tu casa a dos personas que no quieres que estén, por el simple echo de que lo normal es vivir padres e hijos, no madre, ABUELOS Y NOVIO. Seré inmadura peo no voy a aceptarlo. Vivir en una casa en la que te sientes fuera de lugar e incómodo a todas horas es lo peor que te puede pasar. Claro que el placer cuando sales de ella es infinito. No pienso tener horarios para ver a nadie, no pienso dejar que controlen con qué persona voy a celebrar mi cumpleaños, las navidades o cualquier celebración. Tendré problemas, lloraré, me derrumbaré pero siempre me haré la fuerte, no pienso dejar que nadie me vea como alguien a quien pueden pisar o manipular. Creen que no me importa porque utilizo la indiferencia, pero no se imaginan la rabia que me da.  Sí, las apariencias engañan bastante. Quiero irme, dejarles.  Escribo esto con las manos temblorosas, con esa sensación de peso antes de llorar, me han destrozado la vida. He cambiado completamente dando un giro de 180 º. Me he rebelado con los que más quería dándome cuenta de que no son lo que eran, me han dejado a mi suerte pero a la vez fuertemente controlada. Quiero irme, escapar de esa casa. Porque soy una intrusa entre tanto mal. Me pregunto porqué al menos no me ha tocado una separación normal, sin líos. Será difícil, pero voy a ser fuerte con la gente que me apoya. Que todo duele.








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