Me siento vacía, condensada en un nada. Me siento irrompible, inquebrantable; pues soy el mismísimo viento que a veces llora, a veces canta, y en ocasiones arrastra todo lo que encuentra a su paso. Pero viento, impensable, incomprensible, molesto, impalpable. Me voy filtrando poco a poco, en los huesos de quien se confía a la nada por unos instantes... Tormentoso error, que percibimos cuando ya es tarde. Soy exactamente eso. Tardía, perdida, indeseable. La señora sombría y sus hijas sombras, se instalaron en mis entrañas, y dicen que no desean salir por un tiempo considerable. Yo, indefensa, ignorante de mí, pensé que sólo se alojarían por unos días...Y llevan años sin darme tregua alguna.
No es difícil de observar que las llevo dentro, si uno se detiene decidido a descubrir. Se manifiestan en mis párpados caídos, en la mirada esquiva, en mi voz fingida. Se dejan ver en los rugidos de mis tripas, incansables, indomables, insaciables.Somos el polvo del viento.
"No permitas que el dolor, la tristeza, la soledad, el odio, la inseguridad, el resentimiento, los celos, el rencor, y todo lo que pueda sacar el brillo de tus ojos, destruya la pureza dentro de tu alma."
martes, 22 de marzo de 2016
miércoles, 9 de marzo de 2016
Ornamentos.
Estoy cansada. Tanto, que mis párpados caen pesados,no quieren ver nada. Mis dedos apenas tienen fuerza para moverse, y mi mente, está llena de crudos pensamientos, que revolotean silenciosos pero constantes. Por momentos, siento que estoy siendo vencida, por las circunstancias, el tiempo, la fortaleza ya caducada. Es tan pesada y densa la carga que mi mente tiene que aguantar, aguantarme a mí misma, es un calvario en toda regla. Sacadme de aquí, hacedme llorar con la cara al descubierto, no dejéis que grite en silencio, que mis gritos no se ahoguen antes de ver la luz, permitid un momento de locura sin ornamentos ni engaños, sin fingimientos ni cuestiones de apariencia. Tener el privilegio de arañar, manifestar miedo, ira, ansiedad, pérdida, destrozar un plato sin recogerlo, sin culparme por ello, sin sentirme oprimida por mí, por vosotros, por la vida. Ser yo. Buenas noches.
lunes, 7 de marzo de 2016
Inestabilidad.
Cicatrizan las heridas que me tenían apresada en mis propias entrañas. Cesan los rugidos de mi mundo interior. Pausadamente mis latidos se recomponen, a medias, poco a poco. Mi respiración intenta, exhausta, imitar la dulce melodía de la divina calma, a la que todos envidian, por lo complicado que es poseerla sin que sea momentáneamente. Tan frágiles son mis huesos, y mi corazón tan resquebrajado se encuentra, que apenas puedo permitirme el más mínimo movimiento, pues el leve sonido de mis cristales, hechos añicos, que arrastro, no me concede descansar. Es una condena continua; el recordar constantemente cada falta, cada pena, pesar, miedo, cada gota de sangre que de forma insana recorrió mi cuerpo desnudo, cada gota de mar que se desbordó de mi pupila sin yo poder evitarlo. Las olas son bravas, incontrolables, y la marea sube y baja sin dar lugar a predicciones. Inestabilidad.
sábado, 5 de marzo de 2016
Estela.
Vivo bajo la amenaza constante de sentir que mi cuerpo me pide la tierra. Me duele que sea tan prematuro, pero cada noche presiento que debo marcharme de esta vida, sin dejar más estela que la marca en los corazones que me aprecian. Tengo la curiosa costumbre de huir continuamente, de mí, de los demás, con el único fin de no ser vista en un momento de debilidad. Transcurre tan rápido el tiempo sin nosotros darnos cuenta... Que aterra cuando uno vuelve la vista y se encuentra con algo completamente diferente. Ni siquiera tenemos el presente. Las palabras se escapan de mis manos y una vez tecleadas, son pasado, somos títeres de algo inmaterial que nos cronometra la vida.
Es un enigma que el tiempo corra de una forma tan dispar entre el interior y el exterior de nuestro ser. Comienzo a pensar que la verdadera esencia de la vida, la meta, es lograr llegar desenredado al final. Pues vivimos en un caos incompleto,atrapados en una telaraña imposible de rasgar.
En este instante llega a mi mente un recuerdo.
Es un enigma que el tiempo corra de una forma tan dispar entre el interior y el exterior de nuestro ser. Comienzo a pensar que la verdadera esencia de la vida, la meta, es lograr llegar desenredado al final. Pues vivimos en un caos incompleto,atrapados en una telaraña imposible de rasgar.
En este instante llega a mi mente un recuerdo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)