martes, 16 de febrero de 2016

Papel secundario.

Una aterradora fuerza me empuja a escribir de mis pesares para taponar mi húmedo y gastado lagrimal, para tirar con fuerza de aquel nudo en la garganta que nunca se deshizo ante mí. Somos capaces de crear tantas maravillas, que caemos en el fatídico error de intentar moldearnos a nuestro antojo, en lugar de aceptarnos, tal y como la lluvia acepta nuestra forma irregular al caer sobre nuestros cuerpos. Somos la viva imagen del fracaso, ante la tímida figura que hace el amago continuo de volver a intentarlo, por si acaso; haciéndose de este modo, amiga íntima de las sobras secundarias de la vida.


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