"No permitas que el dolor, la tristeza, la soledad, el odio, la inseguridad, el resentimiento, los celos, el rencor, y todo lo que pueda sacar el brillo de tus ojos, destruya la pureza dentro de tu alma."
miércoles, 31 de julio de 2013
Vacaciones.
Una noche más, sumida en mis pensamientos, descubro que hay cosas que hice bien en aquel pasado que parece tan remoto. En seis días, dejo mi lugar de residencia para irme al mar, a la playa, a las temperaturas húmedas, a las fuertes tormentas, a los paseos bajo la lluvia, o a los paseos abrasadores con un batido de chocolate entre las manos. Cambiaré de gente durante casi un mes. Cosa que por una parte me agrada y por otra no. Me agrada porque lo necesito, necesito desconcetar de esto, de la rutina, de todo. También me hace feliz estas vacaciones porque estaré todo el tiempo con una persona totalmente imprescindible en mi vida, y también lo necesito. Por otro lado, odio irme dejando aquí a personas principales en mi vida, que lo son todo aquí, pero... al final tampoco las dejo tanto. Total, admitamos que con las nuevas tecnologías y estos móviles maravillosos nadie se queda incomunicado de sus seres queridos si no lo desea. Tengo miedo, de todo lo que haré o sentiré, de si echaré de menos todo esto, de si estaré bien o mal por las noches en mi cama... Quiero cambiar de aires, disfrutar de las compañías que no puedo disfrutar el resto del año. Pero claramente, busco soledad, busco encontrarme a mí misma, pensar, estar sola, poner música y hacer lo que me apetezca. Espero disfrutar, porque este es mí verano, y creo, repito, creo que me lo merezco.
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