miércoles, 23 de mayo de 2018

No quiero que nadie me felicite porque no quiero que nadie me lo recuerde.

Exactamente en treinta y dos minutos desde que estoy escribiendo estas palabras, es mi cumpleaños. Cumplo 20 años, y siento vértigo. 
No quiero que sea mi cumpleaños, tengo asociado a este día mucho sufrimiento. Cada año pasado que he sumado un año más, simplemente quería morirme, ansiaba morirme. Esta vez también, pero menos, no lo he pensado tan intensamente, ha habido momentos en los que un atisbo de ilusión ha tocado mi puerta, pero aún no sé si abrir, es una completa extraña.
Ha sido un año increíble, he vivido, he reído y he podido sentirme algo más querida, aunque no sé por qué. 
En realidad, y para sincerarme totalmente, estoy escribiendo ahora mismo porque me muero de miedo, estoy aterrorizada, quiero un abrazo, o un balazo. Soy repetitiva pero necesito decirlo. Tengo mucho miedo. Estoy escuchando la canción "Smother", de Daughter, y creo que la letra no puede acompañar más a lo que siento. Creo que ahora mismo me parezco mucho a una columna de piedra. Tengo en mi mente (no sé por qué), la imagen de un gato parto con las uñas bien afiladas, rallando y rallando sin descanso la pared de una columna. Desgastándola y dejando marca de los arañados. 
A veces soy demasiado oscura pero no puedo evitarlo, lo he intentado.
Solo quiero de alguna manera felicitarme a mí misma con estas palabras. No es pretencioso, es desastroso. Y necesario. 
Me felicito por seguir aquí cuando ni yo misma creía en ello. Me felicito por sobrevivir, por sobrevivir a mí. Por sobreponerme a mi caída sin paracaídas constante, por fingir sonrisas y creérmelas, y salir a flote siempre. Me felicito porque creo que esta vez, soy más que nunca sensiblementefuete, no fuertementesensible. Creo que esta vez predomina la fortaleza. Y estoy orgullosa de mí, aunque no me lo crea o mañana decida borrar estas últimas palabras en este texto. Podré borrarlas, pero hoy se quedan así. (Si lees esto después del 24 de mayo, sonríe, Cristina no borró sus palabras).


domingo, 13 de mayo de 2018

No tenía hermana mayor pero ahora sí.

Te hablé y ni sé por qué, pero lo volvería a hacer durante toda una vida. Hemos hablado como si nos conociésemos de siempre, y esa es la magia que tienes, que lo haces todo muy fácil, y eres auténtica por naturaleza. Hemos reído y me has entendido, nos hemos llorado y calmado, y no sé cómo lo haces pero sé que puedo confiar mucho e ti, como tú dices, sé que puedo desnudarme contigo en el significado que tú le pusiste a la palabra. 
Sabes cómo me siento sin tener que preguntarme y tienes el don de hacerme reír cuando nunca nadie lo había hecho en situaciones tan complicadas. Haces que me olvide del miedo y sepa que soy más fuerte de lo que creo. Pero me da tanta rabia que no te quieras como yo te quiero... Eres un huracán que a veces no se controla pero tienes dentro de ti todo lo que necesitas para ser feliz, te sientes insignificante muchas veces y hasta cuestionas si deberías o no estar aquí. Ya te digo yo que sí, me duele lo que a ti te duela y para mí ya eres imprescindible.. Ya te necesito, y no lo entiendo, no suelo necesitar a las personas, voy siempre a mi rollo. 
Eres tan valiosa y me aportas tanto... que no tengo palabras para agradecerte que estés en mi vida.
Te quiero.