jueves, 30 de octubre de 2014

Aina.

No entenderé nunca el porqué, los quince años han sido siempre mi debilidad más deseada. Quería darme oportunidades, sólo para mí, y ahora las veo marchitas a lo lejos, pues el tiempo pasa muy rápido aunque no seamos conscientes de ello, me encantaría compartir esto contigo.
Me apena y me produce alegría, porque te haces mayor, y estoy orgullosa de lo que eres, y de lo que serás. Cada mañana, cuando te vas a clase, o cada noche a dormir, se apodera de mí la nostalgia, te echo de menos, siempre consigues escaparte de mis manos, y eres tan valiosa e importante, que siento que te pierdo para siempre, y es para mí un gran alivio tus buenos días como respuesta a los míos.
Aunque lo horrible desaparece también, cuando me dejas ver y compartir tu sonrisa, cuando tengo el privilegio de sentir que tu alma de verdad está bien, que tus ojos están alejados de todo dolor. Muchas veces tenemos miedo, porque morimos poco a poco, el tiempo pasa, y nos sentimos perdidos, pero también crecemos, y ganamos valores, coraje, vivencias y fuerza, mi amor. Toda diferencia a los demás que hay dentro de ti te hace ser increíble, y eso hace que cada mañana, al despertar, no me olvide de tanta evolución, y de todo lo que tienes que enseñar. 
No quiero que te agotes jamás, que nada te dañe, ni te paralice, que todo en ti se repare, como debe ser. Ojalá pudiera meterme en lo más profundo de tu mundo, y cumplir cada una de tus ilusiones, devolver a tus manos cada pérdida, sacar de ti cada palabra callada, y hacerte saber cada día lo merecedora que eres de todo lo que produzca en ti una sola muestra de bienestar y felicidad. Capaz de todo, me has enseñado a querer de esta forma, y mis manos, han estado vacías hasta que te conocieron, gracias por ser la mejor  persona del planeta, y feliz aniversario, mi niña. 

martes, 7 de octubre de 2014

Vértigo.

Exprimo cada gota de mi sufrir para no dejar rastro de pesar en mis pupilas, para que no quepa la sospecha de un mínimo de tristeza en mí, por las personas que me viven cada día. Es duro saberme de este modo, notar el vértigo que sienten cada uno de mis pensamientos, cada miedo, al entrar en mí, al caer en un vacío tan extremo que intocable, impalpable a mis dedos parece su fondo. 
Una exquisitez incurable es el saber escribir de lo sucedido, de lo que nos ha hecho fuertes sin perder nuestra ternura, sin perder la humanidad que es la que nos mantiene con vida. 
La calidad de vida es la calidad de la persona. Lo que cuida, lo que ama, lo que mima, lo que da sin ansia del veneno de recibir. La gratitud está en el bienestar de lo ajeno, pobres los que no entendáis. Aunque no quiero decir con esto que seáis pobres de mente, puede que no entendáis muchos conceptos al primer vuelo, pero... paraos, leed otra vez, y pensad. Podéis modelar, nadie aquí os impone significados ni opiniones, aquí reina la interpretación.