No quiero escribirte nada.
No he venido a escribirte nada, a tirarte unas letras así sin más, ni a espolvorear dulzura con palabras delicadas. He venido a entregar mi corazón.
Hay novelas que aun sin ser largas no logran comenzar de verdad hasta la página 50 o la 60. A algunas vidas les sucede lo mismo. Tú comienzas de verdad cada día, y nos comienzas a nosotros, los que te rodeamos; nos das cuerda como a una cajita de música, o como a un reloj de pared. Tu existir y tu parpadeo al mundo, tu generosidad al querer compartirte conmigo, hace que yo, sienta mi vida más de verdad.
Debemos estar dispuestas a renunciar a la vida que estamos llevando para poder disfrutar de la vida que está esperándonos. No podría contar la historia de mi vida sin hablar de cuánto la llenas. No pretendas curarte de nadie. ni olvidar, ni negar lo que amaste. Tendrías que perder una parte de ti, y tú no quieres andar por la vida en pedazos.
Cuando el mago lloraba, el conejo salía solo del sombrero y le sacaba todos los pañuelos de la manga para secar sus lágrimas. Eso eres tú. Eres la magia del mago. No tapas, no eclipsas, no pretendes, no demandas, no reprochas... Solo estás ahí, al fondo,generosa, bonita, esperando sin desearlo, a poder acudir siempre a socorrerme. "Querer estar", para mí, tu combinación de verbos perfecta.
Recuerda siempre que eres dueña de ti, y que el arte de domesticar es complicado. A veces te verás como una bestia, otras, como un huracán que no sabrás controlar, otras veces no te entenderás a ti misma, pero siempre estarás en permanente proceso de conocer todas tus versiones. Ese es tu tesoro, tu colección infinita de "tús". Qué afortunados somos los que podemos verte crecer, y ver cómo te levantas y sirves de ejemplo, qué valiente eres, temblando de miedo pero arriesgándote a vivirlo. Me repito: Eres la magia del mago, y tu mejor truco, es hacerte sentir cerca aunque estemos lejos, nunca te siento como ausencia, ni distancia, siempre te siento a mi lado, como tatuada.
El mejor consejo que podré darte siempre es un abrazo. El mejor consejo que me has dado a mí es nunca cerrarme tus brazos. Feliz cumpleaños mi amor.
Te quiero siempre.
Postdata: Dejo constancia por escrito de mi promesa de hacerte tu tarta Red Velvet cuando vaya muy pronto, espero que aún sigas ahí. De momento yo ya he cogido este trozo. Lo demás es para ti.