miércoles, 6 de noviembre de 2019

Devuélvemelo.

No sé qué pasaría si mi cabeza estalla, si tirarían del carro o tirarían la toalla. Pero tengo un mosquito que me pica a todas horas, un verdugo que para que no llore me degüella, una piel tan fina que algodones me desuellan, una lista negra donde mis sesos se cuelan. 
Zona por donde paloma blanca nunca vuela, Chernóbil y su pata de elefante se quedan cortas. 
A quién voy a engañar si me sacas de la pena y no sé escribir. Quizás este es el precio y no pasar por el altar, estoy llena de vacío, pero al menos tengo métrica. 
Ya lo dije anteriormente, no sabes lo que duele hacer negocios con la muerte, dejándote el aliento suplicando que te lleve, como un completo egoísta que no sabe lo que tiene. He abierto la corteza y hoy al aire está mi mente, y aunque esté al descubierto nunca verás un "se vende". 
No tengo reseñas porque a nadie se le ocurre, visitar mi lúgubre avenida del desastre, tú llámame insensible, llámame cobarde, soy abeja libre, Dios me libre del enjambre. ¿No ves que en esa jaula ya no queda casi nadie? Para comer tu alpiste prefiero morir de hambre. 
Es como intervenir a un suicida, que no le cabe otra salida, nadie le cose la herida, se come las tripas, se bebe la orina, un pie en el andén y otro en la adrenalina. Dile a tu prima, dile a tu vecina o amiga que nadie se tira por llamar la atención. 
Roma no quiso acabar en la ruina, le pudo el complejo, le pudo la ira. Me pudo el despecho, me pudo el orgullo, se me fue la pinza. Tú eres la corriente, yo barco a la deriva. La noche mi fiel compañera de esgrima, la única mujer por la que mataría, aunque a la intemperie sea gélida o fría. Me hace sentir tan mía... Se vuelve pecado tener melanina, que vivo a mi modo sin hipocresía. 
Ya lo dije anteriormente, no sabes lo que duele hacer negocios con la muerte, dejándote el aliento suplicando que te lleve, como un completo egoísta que no sabe lo que tiene. 
Devuélvemelo, devuélveme, devuelve, devuélvemelo, mi tiempo, mi tiempo.